Hemos recibido
de los compañeros españoles el pronunciamiento sobre la jornada de movilización
del 13 de noviembre, de más de 300.000 personas en Madrid, publicado en el
periódico información obrera, al mismo tiempo, participan en el Comité por la
Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP) que agrupa a militantes de diversas
corrientes que luchan por la democracia, por la defensa de los intereses de la
clase obrera y por la autodeterminación de los pueblos.
Hoy cuando La crisis capitalista ha
desencadenado una brutal ofensiva contra los trabajadores en todo el mundo. El
capital necesita atacar las conquistas de los trabajadores para contrarrestar
la caída de sus ganancias, que amenaza con colapsar el sistema. La movilización
de los trabajadores españoles es un ejemplo de la resistencia del pueblo
trabajador, que se entrelaza con la postura del CAIT de resistencia frente las
políticas regresiones que está viviendo el proceso bolivariano
Difunde:Coordinación
Nacional Autónomo Independiente De Trabajadores (CAIT) Maracaibo, 15-11-2022
HAY QUE CONTINUAR ESTA LUCHA Y LLEVARLA AL RESTO
DEL ESTADO
Cientos de miles
han salido a la calle el día 13, demostrando que Madrid defiende con todas sus
fuerzas la sanidad pública. Rechaza todos los medios utilizados por el capital
para robarle su sistema de salud. Denuncia que Ayuso desmantela la sanidad para
privatizarla. Exige la dimisión de Ayuso como prenda de que su voluntad se va a
cumplir.
Cuatro columnas
de manifestantes venidos de todos los confines de Madrid capital y de la
Comunidad demostraban que esa lucha tiene sus raíces en cada poblado y cada
rincón.
Ha sido una gran
movilización obrera y democrática en la que cada manifestante se sentía parte
de un inmenso impulso que expresa la determinación común, de todos, de lograr
un objetivo. En el Paseo del Prado, en Recoletos, en Alcalá, en Gran Vía, había
innumerables cartelitos, que, con palabras diversas, todos decían lo mismo y se
fundían en un solo grito en Cibeles: Sanidad Pública.
Es la sanidad de
todos, que han conquistado sucesivas generaciones de los pueblos del Estado
español. La lucha por la sanidad ha sido la larga batalla común de las clases
trabajadoras y los pueblos de Europa, de todo el mundo. Porque no hay derecho a
la salud si no hay un servicio público que lo garantice, y si ese servicio no
tiene el personal, los medios, los fondos suficientes.
En cada barrio y
cada localidad se ha reclamado en estos años la defensa de la sanidad pública,
y el día 13 lo han expresado todos juntos. Trabajadores de la sanidad y la
población usuaria de la misma. Con el esfuerzo y dedicación diarios de los
profesionales de la sanidad, en condiciones de trabajo a menudo malas y
dolorosas, se viene peleando por sacar adelante el sistema sanitario público.
Lo que pasa en
la sanidad de Madrid sucede, con matices, en todas las comunidades, con
gobiernos de derechas o de izquierdas, a partir de los presupuestos estatales
comunes. En Cataluña hacen falta tantos médicos en la Atención Primaria como en
Madrid. En Andalucía se cierran consultorios y servicios por falta de médicos.
En todas partes, las listas de espera de meses o incluso años suponen negar el
derecho a asistencia sanitaria. ¿Pueden los responsables sindicales someterse,
los partidos callarse? ¿Hay que mantener la resistencia fragmentada cuando el
ataque a la Atención Primaria es común? La movilización en Madrid no termina,
no puede terminar, con la manifestación del día 13. Hay que continuar hasta
vencer. La población de otras partes tiene motivos muy parecidos a los de
Madrid. La única solución es la movilización unida. No basta con el esfuerzo en
Madrid. Madrid ha planteado el problema, que no puede resolver Madrid solo.
La participación
de cientos de miles en la manifestación de Madrid demuestra que no es cierto el
manido argumento de que la gente está desmotivada, de que no hay condiciones
para la movilización. Sindicatos, partidos, asociaciones han de asumir la
organización de esa movilización a escala estatal y en cada localidad. El
cuadro político y sindical paralizado, adormecido, roto por localidades o
autonomías, no es lo que el pueblo exige. Cada militante e instancia debe
plantear en su entorno que hay que poner todas las fuerzas en pie de guerra
para cortar el hundimiento de la sanidad, de la enseñanza, de la industria, del
transporte. Hace falta organización, pero el cuadro organizado no debe seguir
así.
Para empezar, es
necesario un presupuesto de urgencia para salvar la sanidad pública, para
recuperar a los miles de profesionales perdidos, para hacer las inversiones
necesarias. Los presupuestos elaborados por el Gobierno no corresponden a lo
que el pueblo, todos los pueblos exigen. No puede haber presupuestos para la
guerra, para pagar la deuda a los especuladores, y para la sanidad y la escuela
públicas. ¡Gastos militares, para escuelas y hospitales!
Para contribuir
al gran esfuerzo de lucha y organización, el comité de redacción de Información
Obrera se dispone a difundir cada paso en a la resistencia, en cualquier
localidad, para facilitar su extensión y coordinación.
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