Estados Unidos: crisis, confusión y caos
Por:Lucien Gauthier- Maracaibo 4-11-2020
A las 00:30 h de Washington (06:30 h de París): los votos son muy ajustados. Contrariamente a lo que decían los sondeos, no ha habido una oleada favorable a Joe Biden.
A esta hora, todo va a decidirse en
los tres Estados del nordeste de los Estados Unidos: Pensilvania, Michigan y
Wisconsin. Esos tres Estados, tradicionalmente demócratas, votaron en 2016 por
Trump, que aparecía como un candidato de ruptura y anti-élite de Washington.
Era la expresión de la fractura social en Estados Unidos.
Esos tres Estados son llamados la Rust belt (el cinturón oxidado). En efecto, son Estados desindustrializados en los que los trabajadores no encuentran empleo.
A las 0:30 h de Washington, Joe Biden ha tomado la palabra de manera inusual, puesto que no se conocían aún los resultados. Ha afirmado que estaba bien posicionado para ganar pero que había que esperar a tener todos los resultados. Y ha añadido: «No nos corresponde ni a mí ni a Trump declarar el resultado de las elecciones, sino al pueblo americano». No era el candidato demócrata el que se expresaba, sino el hombre de estado intentando preservar el régimen, haciendo un llamamiento a la calma. Inmediatamente, Trump ha tuiteado: «¡Quieren robarnos las elecciones!». Tras ese tuit, Trump ha tomado la palabra en la Casa Blanca. Reivindica la victoria, denuncia estas elecciones como un fraude y apela al Tribunal Supremo. La crisis...
Antes de las elecciones, Trump ya había dicho que, en caso de ganar Biden, sería producto del fraude y rechazaría la «transición democrática». El sistema estadounidense se basa, efectivamente, en el bipartidismo: Partido Demócrata y Partido Republicano. Se elige al presidente el 3 de noviembre y asume sus funciones el 21 de enero.
Durante ese período, el presidente saliente sigue en el poder y el equipo del presidente saliente transmite los documentos al equipo del presidente electo. Puesto que con un presidente nuevo, cambia toda la administración.
El discurso de Biden expresa el
terror ante una radicalización a ambos lados: las milicias pro-Trump que
esgrimen la amenaza de la guerra civil, pero también, en el otro lado, los
negros, los jóvenes, los latinos, etc.
Este discurso de Biden expresa la crisis de las instituciones estadounidenses, la crisis de la clase dominante del imperialismo más poderoso confrontado a una crisis económica sin precedentes y también el lugar de los Estados Unidos a escala mundial. Trump intenta el golpe de fuerza a riesgo del provocar el caos.
La víspera de las elecciones, en un inusual mensaje común, las organizaciones patronales declaraban: «Exhortamos a todos los americanos a apoyar el proceso electoral definido por las leyes y a mantener la confianza en la larga tradición de elecciones pacíficas y justas de nuestro país.»
Esta fractura en los Estados Unidos ha estado marcada principalmente en el año 2020 por las movilizaciones tras la muerte de George Floyd contra el racismo sistémico, pero no solo contra esto. La movilización de los negros, los jóvenes blancos, los latinos, a los que se sumaron numerosos sindicalistas, era una explosión social contra la pobreza, la precariedad, la utilización de la pandemia por el capital dejando en paro a decenas de millones de trabajadores, echando a la calle a millones de negros, de jóvenes precarios. Y hoy el capital anuncia una ola de reestructuraciones y de despidos masivos.
Esta movilización, que reunió a cientos de miles de personas, surgió espontáneamente y de manera independiente respecto de las cúspides de AFL-CIO, que tradicionalmente apoyan al Partido Demócrata. Pero la presencia de multitud de militantes y responsables sindicales al lado de los jóvenes, de los negros, de los latinos expresa una nueva situación. Biden no ha dejado de repetir promesas en el ámbito económico y social para captar sus votos. Pero, en caso de ser elegido, será incapaz de cumplirlas porque ello implicaría atacar al capital del que es representante. Una parte de esos manifestantes ha votado por Biden, pero sin muchas ilusiones. En realidad, han votado para echar a Trump.
Otros, decepcionados por el sistema bipartidista, no han votado. Nadie sabe lo que va a suceder en las horas y días próximos. Pero hay una cosa cierta: sea elegido Biden o lo sea Trump, la crisis política de las instituciones estadounidenses va a crecer. El movimiento que aúna a negros, jóvenes, latinos y sindicalistas se planteará necesariamente la cuestión de su independencia respecto del Partido Demócrata, tanto más si resulta elegido Biden.
Sea elegido Biden o lo sea Trump,
esta movilización generará la búsqueda de formas organizadas para el combate.
Una nueva situación se abre en Estados Unidos. Una nueva situación se abre en el mundo.
Publicado por el Comité Internacional de Enlace e Intercambio
(CILE) del Acuerdo Internacional de los Trabajadores y de los Pueblos
(AIT) capitulo Venezuela
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