Prensa
C.T.J. Maracaibo 26-11-2020
Trabajadores
de Venezolana de Cementos (Vencemos) también padecen las
consecuencias de la desinversión de las industrias y el nulo mantenimiento a
las plantas. Con una empresa produciendo a menos del 5% de su
capacidad, se mantienen trabajando con salarios de 300 mil bolívares
semanales, ni siquiera medio dólar.
“No
nos alcanza ni para una harina PAN”, dijo Jhonny Linares, secretario general
del Sindicato de Trabajadores de Venezolana de Cementos (Sintracemex). Denunció
que la empresa aumentó el saco de cemento a cinco dólares, mientras a los
trabajadores les siguen pagando salarios que no alcanzan para sobrevivir
ni para cubrir un saco del material que produce la industria.
El
trabajador reclamó que los directivos de la empresa “no quieren hablar de
contrato colectivo”, vencido desde hace una década.
Hermes
Bastardo, secretario de organización del sindicato, afirmó que aunque se
han negado a discutir el contrato e impusieron el memorando 2792 que destruyó
las convenciones colectivas, se debe garantizar un salario de 250 dólares como
mínimo para que los trabajadores puedan acceder a los alimentos.
La planta cementó
ubicada en la zona industrial Matanzas pertenecía a la multinacional
mexicana Cemex, expropiada por el gobierno de Hugo Chávez en 2008.
Anteriormente producía más de 350 mil toneladas de cemento al año,
pero este año la producción rondará las 16
mil toneladas.
Linares
denunció que, desde la expropiación, la empresa no ha realizado los
mantenimientos adecuados para garantizar la producción. “La planta Guayana está
activa por los trabajadores”, afirmó, ya que, en ocasiones, son los obreros
quienes han reparado las averías con insumos propios. “El Ejecutivo nacional
tiene que invertir de una vez por todas en la industria del cemento”.
Sobrevivir
con cemento
La
empresa anteriormente garantizaba una paleta de cemento al mes a cada
obrero, el equivalente a 48 sacos. Sin embargo, esto se ha venido
reduciendo y este año nada más han recibido seis paletas. “Con eso es lo que
está sobreviviendo el trabajador cementero”, dijo Linares.
Pese
a ganar menos de dos dólares mensuales, cada paleta deben pagarla a 90 dólares,
para luego revenderla y tener una ganancia que permita comprar alimentos. El
secretario general recriminó: “Están matando a los trabajadores”.
El secretario de
organización del sindicato resaltó que más allá de ser un beneficio, es un
sacrificio hacer los trámites para conseguir las paletas, dado el bajo salario
y los 90 dólares para acceder a los 48 sacos. “Es para poder llevar la comida a
la casa”, dijo.
Considera que la
empresa está en caída libre y que, pese a la baja producción, todavía no ha
tocado fondo. “Es hora de que el trabajador levante la voz”, exclamó.
Además del salario, la
empresa cementera no garantiza debidamente los beneficios de plan vacacional,
útiles escolares, cesta navideña y dotación de equipos de protección personal.
Bastardo afirmó que la empresa debe 22 dotaciones desde 2017.
De acuerdo con los
trabajadores, son necesarias mejoras salariales que vayan acompañadas
de inversión para recuperar la producción y las condiciones de vida de los
trabajadores.
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