por: prensa colectivo trabajo juventud Maracaibo
11-05-2020
La
Asamblea Mundial de la Salud de las Naciones Unidas resolvió celebrar a las enfermeras
y parteras declarando el año 2020 como el Año Internacional del
Personal de Enfermería y de Partería.
La
pandemia ha demostrado lo esenciales que son los trabajadores de la salud
pública para nuestra supervivencia. Sin embargo, el personal de enfermería está
siendo peligrosamente sobrecargado de trabajo, reciben equipos de protección
inadecuados, sufren traumas y estrés, han sido agredidos y abusados, e
incluso están siendo desalojados de sus hogares. En una encuesta a los
sindicatos de la salud realizada por la Internacional de Servicios Públicos
(ISP), el 56,5% de los encuestados indicaron que los trabajadores no habían
recibido el equipo de protección adecuado durante la pandemia de COVID-19. Si
bien no conocemos la verdadera cifra de cuántos trabajadores de la salud han
sido infectados, sí sabemos que cientos ya han muerto.
La
crisis de COVID-19 se ha visto agravada por años de falta de financiación de
los sistemas de salud pública y el virus ideológico del neoliberalismo.
Mientras que la industria de la salud es una de las industrias de mayor
crecimiento en todo el mundo, la financiación pública para los servicios de
salud pública esenciales no está satisfaciendo las necesidades. En demasiados
países, la financiación pública de la salud está siendo consumida por los
costos inflados por la industria médica. Demasiadas enfermeras y otros trabajadores
de la salud son empleados con contratos a corto plazo o inseguros. Ahora es el
momento de reconocer que los salarios y las condiciones precarias ponen en
peligro la salud pública.
Los
sindicatos que representan a las enfermeras y los trabajadores de la salud, que
se agrupadas en La Internacional de Servicios Públicos es una
Federación Sindical Internacional que agrupa a más de 700 sindicatos que representan
a 30 millones de trabajadores(as) en 154 países, exigen que los gobiernos abandonen
la fracasada política de privatizaciones y de recortes a la salud.
Hacemos
un llamamiento para que:
- Los
gobiernos trabajen con el personal de enfermería y sus sindicatos para
elaborar planes de reconstrucción de la salud pública
- Los
gobiernos eliminen todos los obstáculos, incluidas las normas de propiedad
intelectual, de los acuerdos comerciales existentes y las normas que
impiden el acceso oportuno y asequible a los suministros médicos, como
medicamentos, dispositivos, diagnósticos y vacunas que salvan vidas, y la
capacidad de los gobiernos para adoptar las medidas necesarias para hacer
frente a esta crisis
- Todos los
gobiernos apoyen la propuesta del Gobierno de Costa Rica de desarrollar un
fondo común mundial de COVID-19 para todas las investigaciones, datos,
tecnología, tratamientos y vacunas relacionados con COVID-19 como un
recurso mundial compartido no patentado
- El Banco
Mundial deje de proporcionar fondos de la salud pública a la industria de
la salud privada y que la Corporación Financiera Internacional deje de
promover la privatización de la salud, que incluye el defectuoso modelo de
las asociaciones público-privadas
- El FMI deje
de ordenar a los gobiernos que recorten el gasto público y los salarios
del sector público
- Todos los
sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil se movilicen en la
demanda de la salud pública universal de una vez por todas.
En
Venezuela
la
emergencia de la pandemia llegó en un momento donde se precipita la crisis
económica propiciada y alentada por las sanciones, el bloqueo, guerra
económica, caída de los precios petroleros, congelación activos financieros, la
interrupción de la importación de gasolina e insumos necesarios para refinarla,
la intervención imperialista, el uso del dólar como arma inflacionaria, el
colapso de los servicios públicos como parte de la política de la agresión del imperialista;
encuentra un sistema de salud resentido y sin articulación entre los sistemas
de salud, no obstante, tenemos que reconocer los esfuerzos del gobierno en la lucha
contra el coronavirus en momento tan complejo
los
trabajadores de la salud se han visto cómo sus salarios se deterioran en los
últimos años con convenciones colectivas que no reivindicaban el aspecto
socioeconómico de los trabajadores de la salud, a esto hay que sumarle la
política aplicada con el memorando 2792, la reconversión monetaria y la
homologación de las tablas y tabuladores, donde llegan a 6 millos de bolívares (30 dólares)
los de mayor formación y antigüedad, para los trabajadores de la salud el
combate por un sistema único de salud público la lucha por Recomponer los
salarios y enfrentar las agresiones imperialistas, es una tarea urgente
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