Maracaibo enero-6-2019
Por Marco Teruggi
Con los votos de
parte de la oposición y del chavismo, Luis Parra, del partido Primero Justicia,
asumió al frente del Legislativo. Sin embargo, Juan Guaidó denunció que no lo
dejaron ingresar al edificio, desconoció el nombramiento y fue reelecto en
sesión paralela.
El opositor Luis
Parra fue elegido en lugar de Juan Guaidó; pero éste fue ratificado en el cargo
fuera del hemiciclo
La Asamblea Nacional
(AN) de Venezuela tiene una nueva junta directiva. Juan Guaidó, quien había
asumido el año pasado en esta misma fecha, ya no es el presidente del Poder
Legislativo. En su lugar fue elegido este domingo otro diputado de la oposición
para el período 2020-2021: Luis Parra, del partido Primero Justicia.
Ese giro ocurrido en
horas de la tarde, fue seguido por otro, aún más inesperado en la noche: los
diputados de la derecha que no reconocieron la elección de Parra realizaron una
sesión en la sede del periódico El Nacional donde ratificaron a Guaidó al frente
del Legislativo.
El domingo terminó
así con dos presidentes de AN, uno desde la sede del Palacio Legislativo y otro
desde la sede de un medio de comunicación opositor al gobierno. La fractura de
la oposición, que venía agrandándose en la AN debido a las acusaciones mutuas
de corrupción, devino en un escenario de impredecibles consecuencias.
El resultado del
domingo 5 de enero en la AN legalmente convocada era predecible. Se sabía, con
anterioridad, acerca de la existencia de dos propuestas de junta directiva: una
encabezada por Guaidó, y otra por un sector de la oposición que había
manifestado su desacuerdo con la coalición de Guaidó en los últimos meses.
Ese escenario tenía
la incertidumbre acerca de quien lograría la mayoría de votos necesarios, y se
especulaba que el sector de Parra contaría con el apoyo -como finalmente
sucedió- de los votos del bloque de parlamentarios del chavismo
.
La jornada se vio
además marcada por la denuncia que realizó Guaidó desde las calles cercanas al
Palacio, donde afirmó que el operativo de seguridad le impedía entrar a la
sesión para presidirla y ganar con la mayoría que aseguró tener. Junto a él se
encontraban otros diputados, algunos de los cuales inhabilitados por el Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ).
Esa versión fue
desmentida tanto por los parlamentarios del chavismo, así como, por ejemplo,
por Luis Parra y el diputado opositor José Britto, quienes aseguraron que
Guaidó no ingresó a la sesión en vista de que sabía que no lograría los votos
suficientes. Guaidó habría optado por mostrarse impedido de ingresar al recinto
y así no perder la presidencia por los votos.
Ante la ausencia de
Guaidó para dirigir la sesión, asumió la dirección el diputado más antiguo de
la AN, Héctor Agüero, para presentar la propuesta de la lista encabezada por
Parra, que obtuvo los votos necesarios.
“Treinta diputados de
las regiones que nos cansamos del secuestro, que queremos abrirle un camino a
la despolarización del país, dejamos claro cuál era nuestro planteamiento,
presentamos nuestra alternativa, se dio una votación por aproximadamente 150
diputados que están registrados en cámara”, afirmó Parra luego de su elección
al frente de la AN.
El gobierno
norteamericano se pronunció rápidamente a través de Mickael Kozak,
subsecretario adjunto de la oficina de asuntos del hemisferio occidental del
Departamento de Estado, y calificó la sesión como de “farsa” y aseguró que
Guaidó seguía siendo el “presidente interino de Venezuela”.
Ese reconocimiento
fue una luz verde para que Guaidó y el bloque político que lo acompaña
iniciaran la sesión en la sede del periódico opositor El Nacional. Al ser
ratificado en esa instancia paralela, el gobierno norteamericano puede mantener
su reconocimiento a Guaidó como presidente encargado del país.
¿Qué hará la AN que
dice presidir Guaidó desde fuera del hemiciclo? No sería la primera vez que la
oposición busca crear una institución paralela, como el caso del denominado TSJ
“en el exilio”, formado en el 2017 y, desde entonces, fuera del país y, sobre
todo, fuera de los debates de la gente. La AN paralela corre el riesgo de
quedar en el olvido en caso de no realizar acciones de envergadura en tiempos
breves.
Preguntarse por
Guaidó significa anticipar qué buscará hacer el gobierno norteamericano que,
hasta el momento, ha realizado cálculos errados: Guaidó nunca construyó un
esbozo de gobierno paralelo, su capacidad de movilización tuvo su último
fracaso en el mes de noviembre, y la oposición se fracturó sin retorno, por el
momento, a la unidad.
Esa pregunta por
Estados Unidos (EEUU) lleva a analizar el escenario norteamericano, donde
Trump, enfrentado a un juicio político, cuenta con el apoyo de su partido que
lo defenderá en el Senado y en las urnas del 2020, pero ese respaldo se ha
traducido en la mayor apertura interna a los sectores neoconservadores.
Lo sucedido el
domingo, calificado mediáticamente como un golpe de Estado en el parlamento,
puede ser una oportunidad para justificar un nuevo escalón en el ataque contra
el gobierno venezolano y el proceso político que encabeza.
Los próximos pasos a
esperar serán los anuncios de la AN presidida por Guaidó, las medidas públicas
y operaciones encubiertas que tomará EE.UU., y la convocatoria a las próximas
elecciones legislativas que, en vista de los acontecimientos, no serán reconocidas
por el gobierno norteamericano y, en consecuencia, por quienes han creado una
AN paralela.
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