Maracaibo
30-8-2018
Por: Luis Brito García
Controlar
o no los precios, he allí el dilema. No controlarlos nos ha llevado a la
situación actual.
No
es viable un sistema donde cualquier rufián incrementa sus ganancias un millón
por ciento sólo añadiendo ceros a las etiquetas de venta.
No
es funcional una economía donde la principal producción es de ceros a la
derecha de los precios.
Es
inaceptable que un oligopolio de doce empresas irrespete tanto regulaciones
como oferta y demanda y condene a morir de hambre a treinta millones.
Saludamos
el anuncio del gobierno de pautar precios acordados para unos 25 productos
básicos, que quizá deberían ser más bien 250 o 2.500.
Pero
esos productos y sus cotizaciones, como sucede hace cinco años, se desvanecerán
si no se implanta un mecanismo transparente que revele sus existencias, costos
y márgenes de ganancia en cada transacción comercial.
Para
ello es indispensable activar una propuesta como la del ingeniero Rafic Derjani
Bayeh, en el sentido de instaurar un sistema digital universal, centralizado y
transparente de administración de costos y precios, que permita tanto a las
empresas como a la administración y al público determinar, en tiempo real, los
activos invertidos y los beneficios obtenidos en cada transacción económica.
Para
la instauración de tal sistema se requeriría algo que el contrabando de
extracción del signo monetario casi ha impuesto en su totalidad: la universalización
del dinero digital, cuyo movimiento para cada transacción se registraría en una
factura electrónica, a efectos de que el SENIAT u otro organismo competente
verifique informáticamente si cumple con los precios máximos autorizados, como
condición para que el intercambio se realice.
Especifica
Rafic Derjani: “La propuesta sugiere que sólo con la aprobación de la factura
electrónica es con lo que se logra ejecutar el intercambio; y NO se puede
concretar intercambio sin la factura electrónica”. Y añade que “Si los precios
no están acordes con los máximos establecidos, o si la mercancía para
intercambiar no es acorde con lo declarado en el inventario, la transacción se
bloquea y NO lograría ejecutarse”.
Esta
verificación podría parecer muy difícil durante el siglo pasado: en la
actualidad, la informática permite efectuar en tiempo real verificaciones
similares de consultas de saldos y transferencias de cuentas.
Un
sistema parecido puede y debe instaurarse para verificar de manera transparente
el gasto público.
Tales
mecanismos reflotarían la economía haciendo imposibles corrupción, evasión
fiscal, acaparamiento, sobreprecio, inflación, ganancia especulativa.
A
menos que prefiramos seguir como vamos para acabar peor de lo que estamos.
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