Más
de 8 millones votan en la Constituyente, resistiendo a las amenazas del
imperialismo
Por: Lauro
Fagundes, artículo publicado en el periódico el trabajo de Brasil (Maracaibo 3-8-2017)
El 31 de julio recibimos de
Alberto Salcedo, del Colectivo Trabajo y Juventud (CTJ) de Venezuela, una nota
que expresa el estado de ánimo de los que votaron en las elecciones para la
Asamblea Constituyente el día 30:
"La voluntad férrea
democrática de la parte mayoritaria del pueblo trabajador permitió que millones
de venezolanos fueran a las urnas, incluso corriendo riesgos y superando
enormes dificultades. "Queremos la paz y no retroceder", "Venezuela
debe ser respetada", fueron las palabras de orden del pueblo movilizado,
alcanzando una votación de 8.089.320 votos, lo que representa el 41,53% de
participación electoral.
La nación venezolana y el
pueblo trabajador irrumpieron soberanos y victoriosos, aunque con una fuerte
confrontación de clases en su seno que no ofrece un pronóstico calmado para lo
inmediato. El gobierno y el liderazgo de Maduro salen de la contienda
fortalecidos y con un mandato del chavismo de las calles: contener rápidamente
los sectores violentos y dar un giro en el control de la especulación monetaria
y en las dificultades de abastecimiento, sean las producidas por la guerra
económica, sean las causadas Por la economía rentista imperante en el país.
(...)
El fuerte apoyo a la
elección Constituyente, en tan arduas circunstancias, demuestra que las fuerzas
de resistencia a la ofensiva de la derecha imperialista continúan vivas (...).
Para el pueblo trabajador, surge con la Asamblea Constituyente la posibilidad
efectiva de defender sus conquistas sociales y avanzar. »
Después de informar que el
compañero del CTJ, Raúl Ordoñez, sindicalista del sector hídrico, estará entre
los candidatos trabajadores elegidos para la Constituyente, Salcedo concluye:
"Apoyemos todas las
medidas que defiendan la soberanía de la nación, que amplíen los mecanismos de
democracia directa, así como que consoliden y ciegan los derechos laborales y
sociales del pueblo trabajador. Siempre entendiendo que sólo los trabajadores y
sectores populares organizados pueden defender de forma consecuente esas
conquistas contra la intervención del imperialismo y sus lacayos.
"Arduas
circunstancias"
Desde que Maduro lanzó la
propuesta de Constituyente, en el acto del 1 de mayo en Caracas, respondiendo a
una situación que ya era de enfrentamiento con manifestaciones violentas de la
oposición nucleada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), se desencadenó una
enorme campaña interna Y externa para impedir su realización.
Todos los intentos de
diálogo lanzados por el gobierno -que llegó a transferir al líder opositor
Leopoldo López para arresto domiciliario como gesto en ese sentido- fueron
rechazados por el MUD. Desde su casa, López impulsó manifestaciones contra la
Constituyente y llamó a oficiales militares a la revuelta, habiendo sido
reconducido a la prisión tras las elecciones.
La gran media internacional
no pasó un día sin acusar a Maduro de "dictador violento" que daría
un "golpe", al tiempo que trataba como "heroicas" las
acciones de gente pagada por la derecha, fuertemente armada y con máscaras de
gas, que atacaba Los cuarteles y los hospitales, montaba barreras en los
barrios ricos, asesinaba a los chavistas y, una vez reprimida por las fuerzas
de seguridad, era presentada como "manifestantes por la democracia"
víctimas de la cruel represión del gobierno.
Un hecho ocurrido el mismo
día 30 de julio rindió fotos en la gran prensa y videos en los sitios para
ilustrar la "violencia" en las elecciones: un grupo de motociclistas
de la Guardia Nacional fue alcanzado por la explosión de una bomba cuando
circulaba en la parte este de Caracas (bastión De la oposición), mientras se
oía del balcón de edificios gritos de "quemar malditos". ¿De dónde
viene esa violencia?
Tres meses en que aumentó el
desabastecimiento, provocada en buena parte por los empresarios privados, la
inseguridad y el temor de una guerra civil inminente. El objetivo del
imperialismo, sea de Donald Trump, sea de gobiernos de la Unión Europea, es el
mismo de la MUD, que tiene mayoría en la Asamblea Nacional desde el inicio de
2016: derrocar al gobierno de Maduro e instaurar un gobierno servil a Estados
Unidos.
Y eso-independientemente de
los errores de Maduro, criticados por sectores del propio chavismo y por
organizaciones sindicales y populares- es inaceptable para el pueblo trabajador
de Venezuela, que quiere una nación libre y soberana, sin injerencia externa.
¿Y
ahora?
Las elecciones se produjo,
el chavismo obtuvo su mejor resultado en años (cerca de medio millón de votos
más de los que Maduro tuvo para presidente en 2013), y la Constituyente se va a
instalar. Ante ella, seguirá existiendo la Asamblea Nacional de mayoría
opositora. Un choque entre estos dos poderes es previsible en el próximo
período.
El objetivo del
imperialismo-al que se alinean grupos denominados "izquierda" en
Venezuela y sus corresponsales en Brasil (ver página 11) - sigue siendo el de
derribar a Maduro e imponer un gobierno que le entregue el petróleo y la
soberanía de Venezuela.
Trump adoptó sanciones
contra Maduro, mientras su embajadora en la ONU, Nikki Haley, denunció el
"simulacro de elección" hecho por una "dictadura". La Unión
Europea va en el mismo rumbo. Los gobiernos pro-imperialistas de América
Latina, como el de Peña Nieto (México), Macri (Argentina) y Santos (Colombia),
"no reconocen" los resultados de las elecciones del 30 de julio,
mientras que el gobierno golpista de Brasil, a través del " Canciller
"tucano Aloysio Nunes, pide que la Constituyente no se instale para que
haya diálogo.
Todos ellos van a continuar
con el sabotaje económico, político y diplomático para aislar al gobierno de
Maduro, pues no se trata sólo de Venezuela.
Para el imperialismo, para
Trump metido en una crisis interna, se trata de imponer a todos los pueblos que
nadie puede escapar a las exigencias del capital financiero, Cualquier medida,
por menor que sea, de independencia y soberanía nacional, de control de los
recursos al servicio De los pueblos, es incompatible con el orden imperialista.
La batalla que se desarrolla
hoy en Venezuela se refiere a los trabajadores y sus organizaciones en todo el
mundo. No se trata de los errores o debilidades de Maduro o del chavismo. Se
trata del indiscutible derecho de un pueblo a decidir libremente su destino.
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