Maracaibo C.T.J mayo 28-5-2017
Llamamiento
Por una Constituyente que
defienda la soberanía de la nación;
amplié y blinde los derechos laborales y sociales del pueblo
trabajador
Nosotros: militantes sindicales del
Zulia; miembro de sindicatos de base, Federaciones, militantes del movimiento
obrero de diferentes orígenes políticos;
y sindicales nos dirigimos a nuestros
hermanos de clase los trabajadores(as); a los sectores populares; a los jóvenes;
a los pensionados y a todas las organizaciones de base el pueblo trabajador.
Hoy
La situación mundial está marcada por la crisis de dominación política del
imperialismo estadounidense, ligada a la incontrolable descomposición del
régimen basado en la propiedad privada de los medios de producción; cuya
supervivencia cuesta a la humanidad un proceso de destrucción de las fuerzas
productivas acumuladas, inclusive la desagregación de las naciones. En
Latinoamérica, y especialmente en Venezuela la crisis que hoy vivimos es un reflejo focal de la gran crisis del
sistema capitalista mundial, iniciada en 2008 y que no ha sido superada. Circunstancias
estas que han pegado un nuevo impulso
con el desplome de los precios del
petróleo, cayendo el mismo de 115 dólares en junio de 2014 a cerca de 60
dólares en Diciembre de ese mismo año; continuando esta caída hasta cerca de 40 dólares en Enero de 2015. Aunado
a esto se da el aumento de las tasas de interés, que junto al pago de la
deuda drenan mucha más riqueza hacia los
centros de poder económico imperialista del mundo.
No
tenemos la menor duda que hay un golpe
reaccionario en marcha en nuestro país
que combina el boicot de la economía con el terrorismo guarimbero,
asesinatos, violencia callejera, provocaciones diplomáticas y la injerencia
abierta de EE.UU. El asedio a Venezuela puede evidenciarse con las frontales
declaraciones de Trump quien pretende aislar al país de todo el contexto
latinoamericano, negando tácitamente la existencia de las movilizaciones del
pueblo trabajador brasileño, argentino y colombiano; y enfocándose en los
hechos acaecidos en la nación venezolana desde una perspectiva
intervencionista.
Luego de 18 años se ha hecho evidente la continuidad
de una política de injerencia que cabalga sobre las movilizaciones de la
oposición. En Venezuela la oposición política al chavismo alcanzo su punto
máximo en el 2002; logrando su máxima capacidad de convocatoria en esta fase,
para luego mermar dicha convocatoria ante la derrota sufrida luego del golpe de
estado y del paro petrolero. La
intervención para ese entonces se enfoco bajo una línea de acción directa sobre
la base de la capacidad de convocatoria y movilización de la oposición, el
apoyo del departamento de estado se centro en dirigir un golpe más abierto y
frontal, se usaron las instituciones supranacionales como la OEA para jugar un
rol que sirviese para “homologar” el cambio de gobierno, permaneciendo dicho
organismo en segunda fila.
Ante la derrota de la oposición el chavismo
avanzo y se radicalizo; volviendo a enfrentar arremetidas golpistas para el año
2006, volviendo a fracasar los ataques. Para esta fase el liderazgo de Chávez
y la profunda legitimidad de su gobierno
lograron sortear los ataques más directos de la oposición e hicieron visible el
rol del imperialismo y su política intervencionista. El gobierno de Maduro ha
enfrentado embestidas por muchos más flancos, incluyendo el económico; en el
año 2014 luego de la victoria electoral de Maduro la oposición representada por
el candidato derrotado Enrique Capriles hace un llamado que se tradujo en el
desarrollo del foquismo guarimbero, provocando para ese entonces más de 40
muertos; dejando entrever una nueva forma embrionaria de confrontación violenta
que no se concentraba en las movilizaciones multitudinarias como las del 2002.
El hecho más resaltante que muestra el cambio
de dinámica y estrategia del imperialismo en su política intervencionista ha
sido el traslado del eje político de la oposición hacia el exterior. Al no
representar eficiente y eficazmente las expresiones políticas de la “débil
burguesía nacional” los intereses del “capital extranjero”, el mismo inicia
una traslado de la política instrumentalizada de la oposición hacia organismos
como la OEA, desde donde se pretende imponer decisiones de carácter
supranacional basadas en señalamientos de los estándares formales de la
democracia liberal y de los derechos humanos. La ratificación de Trump sobre la
hoja de ruta de E.E.U.U se refleja en la vigencia del “Decreto Obama” que declara a Venezuela como
una “amenaza inusual a los intereses de Estados Unidos”; lo cual muestra el
cerco impuesto por el imperialismo norteamericano y el grado de interés sobre
el país. Los hechos violentos pretenden brindar fundamentos materiales que
allanen el camino para una “transición”.
El trasfondo de esta agresión es el petróleo. Venezuela es la
principal reserva continental de crudo y provee el 12% del combustible
importado por Estados Unidos. Para confiscarlo el Departamento de Estado
promueve una situación de caos, tendiente a repetir lo operativos de Irak,
Libia o Panamá. Además el atacar lo conquistado por la clase trabajadora y dislocar nuestra soberanía de la nación
En Venezuela es donde la ofensiva de
la derecha se juega a fondo, por haber sido el gobierno que más lejos ha ido en la confrontación con el imperialismo y las
medidas de inclusión social reflejadas en la lottt, las leyes de carácter social en
todo el continente, bajo la dirección del comandante Hugo Chávez. La muerte de
Chávez alentó a la derecha que creyó llegada su hora. Fueron alentados por los
golpes de estado contra Rousseff y la victoria electoral de Macri en Argentina;
lanzado los gobiernos de derecha una ofensiva contra la destrucción de los derechos laborales, la pensiones
públicas, salud, educación, destrucción
de la industria nacional para abrir paso al acaparamiento de todos los recursos
naturales del país, especialmente el petróleo por las multinacionales
estadunidenses.
La convocatoria a Asamblea
Constituyente realizada por el poder ejecutivo abre un nuevo capítulo en la
disputa política que atraviesa el país en los últimos años. En un escenario de
creciente confrontación entre el gobierno y la oposición de derecha por el bloqueo institucional entre los
poderes del Estado, la oposición impulsa una nueva ola de protestas violentas
en las calles. El chavismo responde con política, convocando al poder
constituyente del pueblo para dirimir las controversias entre los sectores
enfrentados recurriendo a los cauces de los mecanismos institucionales.
¿Qué papel jugará este proceso en la actual crisis que vive Venezuela? Permitirá la Constituyente avanzar en defensa de la soberanía y las conquistas del pueblo trabajador de manera definitiva, derrotando a las fuerzas de la reacción burguesa e imperialista de una vez por todas, o será este nuevamente un proceso político inútil
¿Qué papel jugará este proceso en la actual crisis que vive Venezuela? Permitirá la Constituyente avanzar en defensa de la soberanía y las conquistas del pueblo trabajador de manera definitiva, derrotando a las fuerzas de la reacción burguesa e imperialista de una vez por todas, o será este nuevamente un proceso político inútil
Una
Constituyente que defienda la soberanía de la nación; que consolide y blinde los derechos laborales y sociales del pueblo
trabajador.
Somos de la opinión que la constituyente por
sí solano no es la solución. Ésta debe ser acompañada de un plan de emergencia;
de medidas económica concretas por parte del Estado y del Gobierno, dirigidas a resolver en
lo inmediato los problemas más urgentes que a lo interno de la Nación reclama
el pueblo trabajador, como alimentos, medicinas, la imposibilidad de cubrir ni
siquiera la cesta alimenticia. La caída del salario real en los últimos tres
años ha sido bestial, decretada por un proceso inflacionario inducido por el
capital para apoderarse en el menor tiempo posible de la renta petrolera.
Esta brutal caída del salario real fue una de
las determinantes que produjeron la abstención de dos millones de electores chavistas
en la derrota de 6D-2015. Aunado al desacato y la inacción de todas las
instituciones del Estado
Por otra parte el Gobierno debe
conducir una política de estado que garantice de forma contundente el
cumplimiento de todas las leyes que protegen al pueblo trabajador, se debe
enfrentar con fuerza y sin vaciamientos toda la política de desacatos y deslegitimación
que los sectores y grupos económicos
ejercen en contra del pueblo trabajador; tal es el caso de los desacatos
a los reenganches en el marco de la inamovilidad laboral, los desacatos a las
ordenes de absorción de los trabajadores
tercerizados, la venta con sobreprecio de productos regulados. Tenemos
un marco legal que surgió desde el seno de los grandes cambios sociales y que
están dirigidos a proteger a los trabajadores de esta nación, pero vemos con
preocupación cómo dentro de la guerra económica los grandes sectores y grupos económicos
se niegan a acatar estas normas como una clara estrategia de desgaste político;
pero más preocupante es como sectores dentro del estado apalancan esta
tendencia y facilitan las condiciones para que el capital golpee con más fuerza
a los intereses de los trabajadores.
La lucha contra la impunidad debe ser
transversal y sin distinción de cargos públicos y toldas políticas, en el marco
de la asamblea nacional constituyente el soberano es el que debe protegerse y
no lo cargos públicos. En este mismo sentido es vital garantizar que se inicie
un proceso de transferencia directa de poder al pueblo trabajador organizado
para que este ejerza la democracia directa como máxima expresión de la
democracia participativa y protagónica.
Para
nosotros La gravedad de la crisis política sólo puede resolverse en uno de dos
sentidos:
·
Si
el imperialismo y la oposición terrorista
consigue derrotar al gobierno de Nicolás Maduro es la clase trabajadora
y sectores populares los que serán
derrotados, incluso para derrotar a los
trabajadores y el pueblo explotado el imperialismo necesita antes derrotar al
presidente N. Maduro.
·
El
otro sentido es la profundización del proceso mediante la adopción de
políticas en la vía de ruptura con el
imperialismo y con las instituciones del capital. Esto pasa por centralizar en
manos del Estado y bajo un estricto control social y obrero popular todas las importaciones que
necesita nuestro pueblo trabajador para que los dólares de la Renta Petrolera
no vayan a construir fortunas a base de esta usura descarada. Es vital en este
sentido diseñar el plan de industrialización
a gran escala que permita consolidar el tejido productivo nacional. Implantar
un sistema de control e inspección obrera y popular sobre la distribución de
alimentos y demás bienes de consumo masivo, desde los centros de producción y
comercialización privados y públicos para acabar con el acaparamiento, la
especulación y el boicot de capitalistas y corruptos.
Única
garantía para conquistar la soberanía nacional, la democracia, y los derechos
sociales y preservarlos, es la organización independiente de los trabajadores y
del pueblo oprimido. Por eso, seguiremos apoyando toda medida, por mínima que
sea, que el gobierno adopte en la vía de ruptura con el imperialismo,
defendiéndola de los ataques de la burguesía local y del imperialismo, siempre
manteniendo nuestra independencia política.
Bajo
estas premisas nos constituimos en
convocantes a la Asamblea Nacional Constituyente asumiendo el llamado del
presidente constitucional de la República Nicolás Maduro, sumándonos a los
amplios sectores dé trabajadores y del Movimiento Popular que han manifestado
su respaldo y adhesión a la iniciativa de asumir un proceso Constituyente.
Por
nuestra parte estamos llamando a todos
los trabajadores a sus organizaciones
sindicales, federaciones centrales
sindicales , frente de trabajadores, delegados de prevención, a todas
las corrientes sindicales de manera unitaria a movilizarnos al lado del poder popular para
juntos luchar por una Constituyente que
defienda la soberanía de la nación;
amplié los mecanismos de democracia directa; que consolide y blinde
los derechos laborales y sociales del
pueblo trabajador. Desde ya nos conformamos en frente constituyente popular de trabajadores
Alberto salcedo- Sergio
castellano –Raúl Ordoñez-Denis Ospina –Saulo machado – José Mendoza –Jesús
Pérez. José quintero- Jasón Urdaneta –Octavio Ferrer-
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