Movilizacion contra las políticas neoliberales del gobierno de
Mariano Rajoy
Unidad
y movilización para impedir que Rajoy siga destruyendo derechos
Es un hecho. A consecuencia
de la política seguida por los dirigentes del PSOE y de Unidos Podemos, no hay
en las nuevas Cortes una mayoría que pueda garantizar un gobierno de izquierdas
estable. La pugna entre las dos organizaciones que se reclaman de los derechos
de los trabajadores y de la democracia, volviendo la espalda al combate contra
Rajoy para defender los derechos sociales y democráticos, ha provocado que una
parte importante de trabajadores y de jóvenes no se hayan sentido justamente representados
por estas opciones políticas. La ausencia de un compromiso común, de un pacto
para sacar juntos a la mayoría de una situación insostenible, para garantizar
la fraternidad entre los pueblos, ha sembrado el desconcierto. La pelea por ver
quién era el segundo ha impedido la unidad para echar a Rajoy.
En relación con el 20 de
diciembre, más de un millón de votantes, particularmente de sectores populares,
se han abstenido, posiblemente, al no ver ningún compromiso claro de defensa de
los derechos atacados por Rajoy y su gobierno. Los datos son claros: el PSOE,
lejos de recuperar los más de 1,5 millones de votos que se dejó, pierde 174.000
votos más; la confluencia de Podemos, IU y otras fuerzas progresistas no solo
no ha multiplicado, ni siquiera han sumado los votos que obtuvieron el 20-D por
separado, en lugar de eso han perdido 1.142.000.
Pero el PP tampoco se ha
recuperado del descalabro de diciembre, los pueblos no han olvidado la
catástrofe que han sido los cuatro años de gobierno Rajoy. De los más de 3,5
millones de votos que perdió, apenas ha recuperado 500.000 de los votos que se
llevó Ciudadanos, y 100.000 votos más. Los resultados no dan al PP ninguna
mayoría parlamentaria estable. No tiene respaldo, ni siquiera parlamentario,
para perpetrar los nuevos ajustes y recortes que exige el capital financiero.
Las
exigencias claras de los trabajadores y de los pueblos
Los sindicatos han hecho
público el balance de las reformas laborales: bajada general de salarios,
precariedad creciente, una miseria social que anuncia una explosión.
Por eso, hablando en nombre
de sus millones de afiliados y de muchos millones más de trabajadores y
trabajadoras, plantean que es preciso derogar las dos reformas laborales, el artículo
315.3 del Código Penal, la ley Mordaza, la LOMCE y que es necesario subir
sustancialmente el Salario Mínimo y los salarios en general, poner en marcha un
plan de choque para crear dos millones de empleos de verdad y salvar los
servicios públicos, habilitar un subsidio para quienes no encuentran trabajo.
Son las exigencias de la inmensa mayoría que no puede aguantar más.
A ellas hay que añadir una
cuestión elemental: no puede haber progreso social sin restaurar la democracia
y la fraternidad entre los pueblos, saboteada y reventada sistemáticamente por
el gobierno Rajoy apoyándose en las instituciones judiciales heredadas del
franquismo. Necesitan enfrentar a los pueblos para poder seguir destruyendo las
conquistas sociales y los derechos de todos.
Un callejón sin salida
electoral que demuestra la crisis del régimen
Una combinación
parlamentaria puede permitir que haya un gobierno basado en el entramado de las
instituciones franquistas, en una ley electoral antidemocrática y en el
arbitrario funcionamiento de las instituciones del aparato del Estado
monárquico, con el patrocinio de Obama, que se reforzará en su próxima visita,
y por supuesto de la Unión Europea.
Pero ningún gobierno salido
de estas elecciones tiene capacidad ni fuerza para continuar la política
destructiva del gobierno Rajoy.
Al mismo tiempo, las
elecciones demuestran de nuevo que el respeto del régimen y de sus
instituciones por los dirigentes de la izquierda es un obstáculo fundamental
para abrir camino a la satisfacción de las reivindicaciones sociales y
nacional-democráticas.
Es indispensable restablecer
y conquistar los derechos de todos los trabajadores, de todos y cada uno de los
pueblos, quitando los obstáculos. La alianza de trabajadores y pueblos solo se
puede sellar cuestionando el poder de las instituciones que vienen de la
dictadura, allanando el camino a la República, en que los pueblos decidan
libremente las relaciones entre ellos.
Dos
caminos después de las elecciones
En el mismo momento en que
la Unión Europea, rechazada ahora en la Gran Bretaña, muestra su verdadera cara
de austeridad y negación de la democracia, en Francia la movilización unida de
los trabajadores con los sindicatos contra la reforma laboral marca el camino a
los trabajadores y pueblos de toda Europa.
En
el Estado español hay dos caminos:
El que quiere imponer el capital financiero
para seguirnos saqueando. Uno de sus portavoces, El País, le dice en un
editorial al PSOE: “desde la prioridad absoluta de facilitar la gobernabilidad,
el PSOE debe escuchar el mandato de los electores de que permanezca en la
oposición y permita con su abstención que gobierne el que tenga los votos
necesarios para hacerlo”. Este periódico del capital norteamericano exige que
el PSOE le dé al PP la victoria que los ciudadanos le han negado en las urnas.
La mayoría trabajadora, los pueblos del Estado
español, solo pueden temer lo peor de que se facilite la gobernabilidad a
Rajoy. Toda política de dirigentes del PSOE que en los hechos facilite al
gobierno del PP continuar su política destructiva, sería un golpe para la
mayoría trabajadora, una traición a los electores y un suicidio histórico del
partido tradicional de los trabajadores. Hay otro camino.
La unidad de las organizaciones que se
reclaman de los intereses de los trabajadores y de los pueblos formando un
frente para defender los derechos sociales y nacionales.
Un frente de combate en las Cortes, en la
calle, en los centros de trabajo para decantar a favor de la mayoría social el
empate que las urnas han dejado.
Más que nunca es necesaria
la movilización
Lo ocurrido en Europa en los
últimos años demuestra que ni siquiera una victoria electoral es, por sí sola,
una garantía. Lo hemos visto en Grecia, donde se ha demostrado que no cabe
negociación alguna con la Unión Europea sobre cómo aplicar los recortes “mejor”
o “más lentamente”.
Para cerrar el camino a los
graves ataques que Rajoy, Obama y la UE tienen en la cartera, para allanar el
camino al cambio que necesitamos, es indispensable la unidad y la movilización
de los trabajadores con sus organizaciones para imponer las reivindicaciones.
No valen pretextos ni
intereses estrechos de tal o cual dirigente o de tal o cual partido. Eso ya nos
ha hecho retroceder. Ahora, ningún apoyo, ninguna connivencia con Rajoy y el PP
o Ciudadanos, más que nunca hace falta la unidad de las fuerzas que se reclaman
de la defensa de los intereses de los trabajadores y de los pueblos, para
organizar la movilización y los acuerdos que permitan conseguir las
reivindicaciones y los derechos de la mayoría social.
Declaración del Comité Ejecutivo del POSI – 27
de junio de 2016
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