venezuela :¿ escasez de alimento o chantage ?
Por prensa: colectivo
trabajo juventud maracaibo 10 -5 - 2016
¿A qué se deben las serias
dificultades para que el pueblo trabajador acceda oportuna y permanentemente a los
alimentos, si éstos han sido producidos, importados y por tanto están
disponibles en cantidades suficientes permitiendo alcanzar los niveles de
consumo mostrados? ¿Sobre quiénes recae la responsabilidad de que el pueblo
deba padecer tales agravios?
Tanto la producción como la
distribución de los 10 alimentos más difíciles de adquirir, por los cuales hay
que hacer largas colas (harina de maíz precocida, arroz, pastas alimenticias,
leche, aceite, margarina, café, carne de pollo, carne de res y huevos de
gallina) están concentradas en no más de 10 grandes empresas privadas.
A manera de ejemplo, el
alimento que más consume el venezolano es la harina de maíz precocida, forma
parte de sus desayunos y cenas y es utilizada para la preparación de las arepas
y bollos. Esta harina ocupa el primer lugar de la lista de alimentos más
consumidos, representando el 11,4% del consumo total de alimentos diarios. En
promedio, el venezolano consume 115,7 gramos diarios de esta harina. Se
requieren alrededor de 97.000 toneladas mensuales para abastecer al pueblo venezolano.
La capacidad instalada de producción nacional de harina de maíz precocida es
125.450 ton/mes, de las cuales el 81% está concentrado en ocho (8) empresas
privadas. De éstas, solo una cuenta con el 62% de la producción de harina.
Estas 10 grandes empresas
privadas, sobre las cuales recae la responsabilidad de abastecer de alimentos
al pueblo venezolano no han disminuido sus niveles de producción, no han
cerrado las líneas. Por el contrario, en sus reportes se registran incluso
aumentos de producción. Siguiendo con el ejemplo, la producción de harina de
maíz precocida de una de las empresas con mayor capacidad instalada, pasó de
43.159 ton/mes promedio en 2014 a 49.600 ton/mes en 2015.
Representantes de la
industria de alimentos insisten en que la causa de la escasez es la disminución
de la producción atribuida a dos aspectos: a la política de regulación de
precios de los alimentos, que “no le garantiza ganancias adecuadas” y a la no
asignación inmediata y suficiente de divisas por parte del Estado a estos
empresarios. El hecho de que los alimentos hayan sido consumidos (luego de
superadas las dificultades para el acceso por parte del pueblo venezolano) da
muestras de que la producción y/o importación no han disminuido de manera
significativa, y por tanto, la política de control de precios y la falta de
divisas no están incidiendo sobre los niveles de disponibilidad.
Comparaciones históricas
entre los niveles de disponibilidad y de precios regulados evidencian que si
bien, para algunos alimentos y en algunos períodos, ha habido un rezago de los
precios, esta situación no ha afectado la disponibilidad. Incluso
desregulaciones de los precios de algunos alimentos no han garantizado que
éstos se encuentren de manera oportuna, permanente y suficiente en los anaqueles.
Tal es el caso de la margarina, los granos, la salsa de tomate y la mayonesa,
todos muy consumidos por los venezolanos, cuyos precios no están regulados y
sin embargo, su acceso se ha hecho difícil. O por ejemplo, alimentos cuyos
precios han sido recientemente revisados
y actualizados, como es el caso de los huevos de gallina, el café y el arroz, y
sin embargo, tampoco se encuentran en los anaqueles.
El Gobierno Nacional ha
estado asignando divisas para importar la materia prima y los insumos necesarios
para la producción, o para adquirir en el exterior los alimentos terminados. Al
comparar los niveles de importación del 2004 (año en el que no se registraba
desabastecimiento de alimentos) con 2014, se observa que en el primero
ascendieron a US$ 824.880.750,00 y en 2014 las importaciones sumaron US$
2.281.712.109,97.
La cantidad de divisas que el Gobierno Nacional asignó para
la importación de alimentos o sus insumos incrementó 177% durante el mencionado
período. A partir del 2015 los ingresos de divisas del país han registrado una
disminución consecuencia de la caída de los precios del petróleo, no obstante,
eventuales disminuciones en la asignación de divisas no se corresponden con los
niveles de consumo y por tanto de disponibilidad de alimentos durante el
referido año. Siguiendo con el mismo ejemplo, la mayor productora privada de
harina de maíz precocida en Venezuela recibió en promedio, solo en 2014, 367%
adicionales de divisas con respecto a los años anteriores.
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