Por José Mendoza militante del
colectivo trabajo juventud
Maracaibo 8-12-2015
Ante la aplastante victoria
de la derecha el 6D ¿Necesitamos entrar en un periodo de reflexiones
abstractas?, ¿Fue de verdad una sorpresa el resultado obtenido?, ¿Nos sentamos
a esperar a que se dicten líneas?, ¿Nos salvaran los empresarios patriotas?,
¿Nos arrodillamos ante la burocracia chantajista? Estamos ante una realidad
material y como tal debe ser asumida, la burguesía parasitaria pasa a asumir un
escenario legal, legitimada democráticamente por la mayoría de los electores,
electores que claramente con su voto expresaron una inconformidad generalizada
con la situación del país, situación que no es el objeto de análisis en este
momento, no por incongruencia, ni por no ser necesaria; si no por su abrumadora
obviedad.
La burguesía como sector minoritario gano
sobre el lomo del pueblo trabajador como sector mayoritario; sector que vive
del salario, salario que es pulverizado por la inflación, por el acaparamiento;
por la guerra económica, por la incompetencia del gobierno y por las
multifactoriales razones infinitamente discutidas y debatidas
pre-electoralmente.
Lo resaltante está en el hecho de que el
pueblo trabajador no voto el 6D por una opción que representara sus intereses;
en primer lugar porque la MUD es una expresión política de intereses burgueses
tradicionales que en ningún momento ha hecho público su programa y propuesta de
nación más allá de salir del actual gobierno, y por lo tanto los electores no
votaron por un planteamiento político dirigido hacia sus intereses como
asalariados, si no por una opción presentada en un momento de polarización, y
dada la falta de respuesta y determinación del gobierno ante el brutal ataque
al salario, la lógica tradicional de la democracia representativa se impuso,
desechando la opción de votar por un gobierno por el cual no se sienten
amparados, ante la arremetida del sector representado en la opción que termino
ganando la mayoría de la asamblea en base a los votos de las víctimas de su
campaña.
Determinar los intereses de los nuevos actores
políticos hegemónicos en la asamblea nacional es de vital importancia, dado que
dichos intereses deberían corresponderse con los de sus electores asalariados,
si es que quieren mantener la legitimidad con la que entran a representarlos.
Es por ello que se presenta como impostergable
la tarea de actuar desde el estricto sentido de clase, es este el único que
puede amalgamar los intereses del pueblo trabajador en su condición de
asalariados frente a la inminente avanzada patronal.
La capitalización del descontento por parte de
la derecha patronal no puede convertirse en un cheque en blanco, necesario es
identificar las conquistas que representan los intereses de la clase
trabajadora, y hacer por cualquier medio que esta los asimile y los legitime.
La burocracia que obstruye la materialización
de las conquistas es hoy un enemigo que debemos identificar y enfrentar;
funcionario que con su acción u omisión obstaculice el desarrollo del estado de
justicia social está cometiendo un crimen en contra la soberanía misma, y por
lo tanto debe ser tratado y juzgado como traidor a la patria.
La LOTTT y la LOCYMAT representan herramientas
de acción para el pueblo trabajador en el marco de la democracia participativa y
protagónica, su aplicación y ejecución son en estos momentos de vital
importancia, es por ello que se debe emprender una campaña de formación e
información que permita a la clase trabadora empoderarse de sus conquistas, y
por medio de sus organizaciones autónomas hacerlas cumplir.
Ese mismo pueblo trabajador que voto por la
MUD es el que debe convertirse el verdugo del inminente paquete de
desregularización que se esconde tras el discurso de unidad nacional de la
burguesía. En este momento sería un error fatal que la naturaleza diversa del
chavismo diluya los esfuerzos concretos y certeros en contra de la burguesía
como enemiga concreta del pueblo trabajador, la lucha de clases es hoy más clara
que nunca, independientemente de los espacios naturales de acción (comunas,
movimientos sociales, sindicatos, consejos de trabajadores, etc), todos están
integrados por trabajadores, y los intereses de la burguesía se centran desde
el mundo del trabajo. Recordemos la agenda de las organizaciones propias de la
burguesía.
Es un hecho que el pueblo venezolano es
antiimperialista, pero no existe soberanía posible sin el desarrollo económico
del país, desarrollo que solo puede ser soberano si es asumido por el pueblo
trabajador y esto no será posible si permitimos que nos sean arrebatadas
nuestras conquistas. El referéndum va, y solo lograremos vencer si obligamos al
gobierno a dar el golpe de timón y ponerse indisolublemente al lado de los
intereses del pueblo trabajador.
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