. Trotsky: a 75 años de su asesinato su legado
Cuando el agente estalinista
Ramón Mercader asestó el golpe de picota sobre la cabeza de León Trotsky el 20
agosto de 1940, causándole la muerte, no sabía que en ese momento colocaba a
este personaje en el umbral de la historia como el referente indiscutido de la
revolución mundial.
Y esto, no sólo porque León
Trotsky era, al momento de su muerte, un héroe revolucionario ejemplar: líder
junto a Lenin de la primera revolución socialista triunfante en Rusia de 1917,
ex jefe del Ejército Rojo que venció al imperialismo en 18 frentes militares,
el que organizó la Internacional Comunista que en sus primeros años llegó a ser
el partido mundial de los trabajadores, y el que libró una lucha sin cuartel
defendiendo, contra Stalin, las banderas del marxismo. Pero León Trotsky es el
referente de la revolución mundial sobre todo porque dejó un programa para la
revolución, el Programa de Transición, y una organización para llevarla a cabo,
la Cuarta Internacional.
Cuando Trotsky caía
asesinado una sombra acechaba al mundo: el fascismo. Hitler había iniciado la
ocupación de Europa y en los siguientes años empujaría a la humanidad a la
mayor conflagración de la historia. El fascismo era producto de la reacción
capitalista ante el atraso de la revolución mundial. La revolución había
sufrido profundas derrotas en Alemania, Francia y España, por la traición de
los PC dirigidos por Stalin. En la misma URSS se afianzaba el poder de la
burocracia luego de la persecución y aplastamiento de la Oposición de
Izquierda. La continuidad de Octubre, de Lenin y Marx, era sostenido en esas
circunstancias por un puñado de revolucionarios liderados por Trotsky. Él y sus
seguidores se propusieron construir un programa y una organización
revolucionaria para resistir el momento, y para dotarle una nueva dirección a
la oleada que, preveían, vendría después de la segunda guerra. Para impedir
este proyecto, Trotsky fue asesinado; igual suerte corrieron muchos de sus
compañeros.
La Cuarta Internacional sin Trotsky, luego de
la guerra, quedaría desarmada para responder a los nuevos procesos de la lucha
de clases, mientras el stalinismo saldría fortalecido y por décadas ejercería
un peso gigantesco sobre la clase obrera. La debilidad de la Cuarta
Internacional se extendería hasta fines de los 80 cuando se produce el colapso
de los regímenes dictatoriales de la ex URSS y Europa del Este, confirmando
plenamente el programa y la lucha de Trotsky y los trotskistas, pero sin que
estos estuvieran en condiciones de disputar la dirección en dichos procesos.
Este colapso produce un
fenómeno contradictorio. Por un lado libera a los trabajadores de ese saco de
fuerza que era el stalinismo, pero por el otro inflige un retroceso en la
conciencia de los trabajadores porque los ideólogos del capital se encargan de
identificar al socialismo con las dictaduras de la ex URSS y Europa del Este y
con las atrocidades de sus regímenes.
El 2008 se produce un nuevo
giro en el mundo: quiebra el poderoso banco de inversión Lehman Brothers y el
sistema financiero mundial es llevado al borde del abismo; el fantasma del 29
se instala en Wall Stret. Se inicia una nueva crisis del capitalismo mundial.
En su primer momento la crisis arroja a la calle a millones a trabajadores en
el mundo. Los ideólogos que inventaron la peregrina idea de que luego de la ex
URSS asistimos al fin de la historia, no pueden explicarse la naturaleza de la
crisis. Y vuelven a desempolvar un viejo libro, el único que hace 150 años
explica con rigurosidad lógica y científica las leyes de funcionamiento del
capitalismo y sus crisis: El Capital, de Carlos Marx, cuya edición volvió a
editarse en varios idiomas. El marxismo y los marxistas que habían sido dados
por muertos por la ideología oficial, gozaban de buena salud.
Hoy la crisis se expresa en el enfriamiento de
la economía de China que arrastra a la caída a las economías de las naciones. En
América latina la crisis económica producto de la caída de precios de las
materias prima, el creciente endeudamiento de los estados que los convierte más
dependiente del imperialismo, los
gobiernos “progresistas” de Venezuela, Brasil argentina Bolivia ecuador son sometidos a las
presiones del imperialismo y de burguesía
neoliberal que pretende usar la crisis económica para retomar el control de la región
En este nuevo panorama, los trabajadores resistimos al ataque del
capital si bien nunca se dejó de haber luchas
esta vez cobraron otro contenido y perspectiva: el cuestionamiento al capitalismo.
Y nuevamente se plantea la importación de
la construcción de partidos de trabajadores, de una fuerte internacional, para
resolver el problema de dirección El reciente fracaso del gobierno de Syriza,
elegido para que ponga fin el ajuste, y que sin embargo se pasó al lado de los
banqueros y capitalistas, es una clara muestra de que no hay espacio para
reformas ni para negociar concesiones con el capital. La antigua consigna de
los marxistas, Socialismo o Barbarie, vuelve a cobrar actualidad a la luz de
los acontecimientos mundiales recientes.
Moribundo en su lecho,
Trotsky dijo: “Díganle a mis amigos que estoy seguro de la victoria de la
Cuarta Internacional…”. Solo la Cuarta Internacional tiene un Programa para la
toma del poder por la clase obrera liderando a los oprimidos y explotados. “La
Cuarta Internacional es la bandera de nuestra próxima victoria”, más que una
proclama debe ser entendida como un llamado a la acción, en defensas de la soberanía
de los pueblos de las conquistas históricas de la clase trabajadora que hoy son
atacadas por el capital ,la lucha por el socialismo, la tarea de construirla, de enraizar sus
partidos en la clase trabajadora , de llenarlos con la vitalidad de los jóvenes
luchadores y dándole el lugar de honor que en ella tienen las mujeres
luchadoras el pueblo trabajador oprimidos en busca de libertad.
Trotsky es ejemplo vital
para los luchadores de hoy y del mañana. Pero para la victoria necesitamos
hacer nuestro su Programa y construir la Cuarta Internacional y sus secciones.
Trotsky es la alternativa, como ejemplo y como legado.
en Venezuela el colectivo trabajo hace parte
de ese esfuerzo emprendido por miles de activistas sindicalistas trabajadores y
jóvenes, que a largo y ancho del mundo
damos el combate por la construcción de la cuarta internacional
https://youtu.be/L65F26MEJNk
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