camarada denis Ospino reunión de control obrero-Guayana
Los gritos “¡Chávez vive, la lucha continúa!”, de millones,
en todo el país, expresan la negativa del pueblo venezolano de ser vasallo de
las multinacionales y de los banqueros, de ver el petróleo, la principal
riqueza natural de Venezuela, ser entregado al imperialismo estadounidense,
como por el pasado, por una élite local que recoge migajas cuando la inmensa mayoría
vive en la miseria. La muerte del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ocurrida
el 05.03, en Caracas, había desencadenado una brutal ofensiva mediática del
imperialismo estadounidense, confirmando plenamente los términos de la
Resolución adoptada, semanas antes, por el “Núcleo IV Internacional en Venezuela”
(en proceso de reconocimiento por la IV Internacional).
Casi manifestando “satisfacción” Obama, de pronto, declaró
que, con la muerte de Chávez, “Venezuela inicia un nuevo capítulo”. Y sin ni
siquiera esconder su voluntad intervencionista, añadió que “los Estados Unidos
continuarán sosteniendo políticos que defienden principios democráticos”,
léase, sostener a los golpistas de 2002 reunidos hoy alrededor de Henrique
Capriles, probable candidato del imperialismo para las próximas elecciones
presidenciales.
“Comentaristas” y “especialistas” en las grandes redes informativas
vituperaban contra Chávez. Pues aunque no se haya constituido en Venezuela un
gobierno obrero-campesino de ruptura con el imperialismo, aunque la estructura
del estado semi-colonial burgués no haya sido puesta en cuestión, y aunque
Chávez ha tratado de negociar una convivencia con el imperialismo, son
intolerables para el capital financiero las medidas parciales de soberanía
nacional adoptadas en sus 14 años de gobierno (que cubren tres mandatos:
1999-2001, 2001-2007 y 2007-2013), bajo la presión de la lucha de la población
trabajadora, en Venezuela y en toda la región.
Fue preciso que, más una vez, una masa incalculable de
trabajadores, jóvenes, tomase las principales calles y plazas para hacer frenar,
momentáneamente, el odio de clase y el desprecio de la voluntad popular
destilados por la burguesía imperialista y sus seguidores. Del mismo modo que
fue la movilización que derrotó el golpe, en 2002.
Pero la única garantía para conquistar la soberanía nacional,
la democracia, y los derechos sociales –y preservarlos-, es la organización
independiente de los trabajadores y del pueblo oprimido. Por eso, nuestros
camaradas trotskistas de Venezuela, en su Resolución, afirman:
“Sin abandonar la política del Frente Único
anti-imperialista, seguiremos apoyando toda medida, por mínima que sea, que el
gobierno adopte en la vía de ruptura con el imperialismo, defendiéndolo de los
ataques de la burguesía local y del imperialismo, siempre manteniendo nuestra
independencia política. (..) La línea de defensa de las organizaciones
independientes, exige plantear la necesidad de construcción de la representación
política de la clase, es decir, el partido obrero independiente”.
trabajo juventud en revolución - zulia (marzo 7- 3- 2013
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