Con la participación de
55 delegados de 33 países (de los 42 que se esperaba)con la presencia del constituyente y presidente de la federación
del agua Raúl Ordoñez en representación de Venezuela se ha constituido en París, como los 8 y
9 de julio de 2018, el Comité Internacional de Enlace e Intercambios (CIEI),
tal como se decidió en la Novena Conferencia Mundial Abierta (CMA) del Acuerdo
Internacional de los Trabajadores y los Pueblos (AIT) que tuvo lugar en Argel
del ocho al diez de diciembre de 2017. La coordinadora del AIT, designada en
2010, durante la octava CMA, reunida el día anterior al CIEI, el 7 de junio,
fue la que convocó este primer encuentro constitutivo. Y precisamente, el mismo
cae en un momento en que todos los debates que hemos emprendido en Argel cobran
un relieve particular.
Propuestas y
conclusiones
Todas las consecuencias del giro que
representó la elección de Trump en la presidencia de Estados Unidos están
concretándose de modo espectacular.
La
guerra económica emprendida por Trump para tratar de aflojar la tenaza que bajo
la presión de la crisis del sistema mundial del imperialismo está dislocando
las mismas bases de la economía norteamericana, está volando por los aires todo
el sistema de mantenimiento del orden mundial establecido al final de la
Segunda Guerra Mundial.
Bajo
pretexto de «reequilibrar» las relaciones comerciales entre Estados Unidos y
China, Trump mantiene una presión insoportable sobre sus aliados europeos, como
por otra parte en sus aliados asiáticos, Corea del Sur y Japón.
Al
denunciar el tratado nuclear firmado con Irán, no solo les quita a las
multinacionales europeas un mercado vital para ellas, no sólo amenaza de muerte
a los bancos que no se ajustarían a la prohibición de comerciar con Irán, sino
que trastroca todo el sistema de alianzas en Medio Oriente al que ya hace
tambalearse la guerra en Siria. Al darle una vuelta más a la tuerca de la
presión militar contra Irán Trump moviliza a sus lados las monarquías del Golfo
y les asigna la tarea de ponerse en primera línea para participar directamente
con Israel al aplastamiento del pueblo palestino.
En
este contexto de guerra económica descabellada, el imperialismo norteamericano
y sus competidores están luchando entre sí como nunca por el control de las
materias primas. Arrecia el nuevo reparto de las zonas de influencias, muy
particularmente en el continente africano en el que la «guerra económica» da
lugar a verdaderas guerras fabricadas, alimentando así a la industria
armamentista y echando a las carreteras a millones de refugiados contra los que
el imperialismo trata de levantar las poblaciones de los países en los que
estos refugiados buscan asilo.
El
capital exige unas tasas de explotación incompatibles con las conquistas
arrancadas por la clase obrera de los países imperialistas lo mismo que por la
clase obrera y los pueblos oprimidos en su lucha por la emancipación nacional.
Liquidación
total: los códigos laborales como los sistemas de jubilación, los sistemas de
sanidad y educación, etc. ¡Todo!
En
los países imperialistas los viejos partidos obreros que vivían con las
centrales sindicales en las que influían de la gestión de estas conquistas, al
subordinarse a las nuevas exigencias del imperialismo en crisis, han entrado en
un proceso de derrumbe, rechazados por los trabajadores en nombre de los que
pretenden hablar.
En
los países dominados por el imperialismo, los partidos y los movimientos que
han encarnado durante decenios la aspiración de los pueblos a la soberanía
nacional y que han buscado adecuarse a las exigencias de la violenta reacción
imperialista, también ellos han entrado en crisis.
Sin
embargo hay en ciertos países, partidos obreros de masas o antiimperialistas en
los que se reconocen los trabajadores y los pueblos, por más que también ellos
se encuentren atravesados por la crisis de representación política de la clase
obrera o padezcan sus consecuencias.
A
escala mundial, la cuestión de la reconstrucción de auténticas representaciones
de la clase obrera se plantea de manera aguda. Desde luego, esta búsqueda toma
en cuenta la historia y las tradiciones del movimiento obrero en cada país y la
naturaleza de cada uno de ellos.
Un
amplio espacio político está despejándose. Un espacio político que no es exento
de contradicciones. ¿Cómo podría ser de otro modo en una situación en la que
está en curso el balance de experiencias tan diferentes?
En
el momento en que, con toda evidencia, se están anunciando ingentes luchas de
clase, parece indispensable mantener un intercambio sobre la base de nuestras
experiencias respectivas. Así es como por la mañana del 8 de junio ha tenido
lugar un encuentro de las delegaciones de 14 países europeos en la que, entre
otras cuestiones, se ha destacado lo siguiente:
« La crisis política que acaba de abrirse en Italia –
escriben – y que hace tambalearse el frágil andamiaje de las instituciones de
la Unión europea no es rayo en cielo sereno. Es la expresión italiana del
amplio movimiento de « rechazo » que se levanta en toda Europa contra
las políticas de contrarreforma impuestas por el capital financiero vía la UE.
Se inscribe en la cadena de los acontecimientos políticos que han hecho tambalearse
en un pasado reciente el poder, en Gran Bretaña (Brexit), en Francia
( la elección de Macron por allanamiento de morada), en Alemania (derrumbe
del SPD), en España… un rechazo que está desarrollándose y reforzándose en toda
Europa y, por consiguiente, nos concierne a todos.
El pueblo italiano no se ha volcado más hacia la extrema derecha
de lo que han hecho los pueblos de Europa del Este que han pagado cara su
integración en la UE y soportado 25 años de políticas de ajuste
estructural.»
En
África, la cuestión de la lucha por la soberanía nacional frente al saqueo
exterior, a las intervenciones militares imperialistas y a los nuevos dictados
del FMI se plantea con la mayor agudeza.
Los
regímenes políticos existentes, incluso en caso de alternancia, aplican la
política que les dictan las potencias e instituciones imperialistas. Es la mera
supervivencia de los pueblos lo que está en juego, lo mismo que la de loas
conquistas y libertades más básicas.
Importantes
movimientos de resistencia están desarrollándose en la clase obrera, en la
juventud en todas las capas explotadas mientras todo el continente está
amenazado con hundirse en el caos.
Ello
subraya la necesidad para todos los militantes y organizaciones lanzadas en
este combate de abrir el debate sobre la estrategia política a seguir para
conquistar su plena soberanía nacional y la construcción de una representación
política auténtica de los trabajadores y de las capas oprimidas.
En
Latinoamérica, región que el imperialismo ha considerado siempre como su «patio
reservado» la resistencia de los trabajadores y de los pueblos oprimidos contra
la presión dislocadora de las naciones impuesta por Trump se ha manifestado en
Venezuela con la reelección de Nicolás Maduro a la presidencia, en un contexto
de bloqueo y sabotaje de la economía para provocar el caos y justificar una
injerencia exterior.
Esta
resistencia se manifiesta también en el Brasil, en el que dos años tras el
golpe pro-imperialista y cuando Lula hoy lleva ya encarcelado dos veces –
encarcelamiento político–, el PT ha lanzado públicamente el 8 de junio la la
candidatura oficial de Lula a la presidencia. Ello como un instrumento de
centralización de la lucha de los trabajadores y de las capas populares para
derogar las medidas tomadas por los golpistas contra sus derechos y sus
conquistas, contra la soberanía nacional.
En
Palestina, el movimiento de la Gran Marcha por el retorno de los refugiados a
casa, estructurado en los comités populares, afirma semana tras semana su
determinación, que es la de todo el pueblo palestino, en lucha por su
emancipación nacional. Dentro del propio Estado del apartheid israelí, en Gazá,
en varios lugares en Cisjordania surgen las mismas consignas de las
manifestaciones: ¡somos un solo pueblo, somos de la misma sangre, tenemos el
mismo destino y queremos volver a casa! Lo mismo que en el mundo entero, en
Palestina, la movilización contra la opresión y la política del imperialismo
plantea la cuestión de los obstáculos, levantados especialmente por aquellos
que están vinculados a la trampa de los acuerdos de Oslo.
Hay
escalada del mundo entero,
A
escala del mundo entero, lo que les hace perder la cabeza a los representantes
del capital financiero, es la oleada que se está alzando en todos los
continentes. Millones de hombres se lanzan en la batalla de reunirse con sus
organizaciones de clase para vencer la política destructora de todas las
conquistas políticas y sociales arrancadas desde la guerra, política dictada
por el capital financiero y sus instituciones internacionales.
Hasta
donde podamos apreciarlo, esta voluntad de resistir se expresó primero, en
todos nuestros países, bajo formas propias, con un derrumbe de los viejos
partidos que por tradición se las daban de defensores de los intereses de la
clase obrera y la democracia y acaban de ser rechazados por su supeditación a
las exigencias del capital financiero con todas las consecuencias que esta
supeditación ha tenido para el movimiento sindical.
Un
derrumbe que por sí solo no abre una salida política en conformidad con los
intereses de las masas trabajadoras y la democracia.
Todo
lo cual plantea la cuestión de la reconstrucción, sobre la base de la ruptura
total con la política de acompañamiento de la política del capital , de una
auténtica representación política de la clase obrera, obrando para agrupar a la
clase obrera como clase en unidad de sus organizaciones de clase frente al
capital financiero y a los gobiernos que lo representan.
El
CIEI ha decidido que es más que nunca necesario proseguir y profundizar el intercambio
de informaciones, integrando el lugar respectivo de los partidos y sindicatos
en cada país, un intercambio sobre las experiencias emprendidas en nuestros
países.
Esta
declaración, aprobada por el CIEI quiere ser una contribución al debate necesario
para avanzar en la resolución de la crisis de la representación política de la
clase obrera. Por ello proponemos dar a conocer este documento para profundizar
ese debate en cada uno de nuestros países, llevarlo a escala internacional, lo
que constituiría un magnífico pasaporte para contactar con todos los
agrupamientos con el fin de reconstruir las bases políticas de una auténtica
representación política de la clase obrera.
1 Argelia, Alemania, Azania,
Bielorrusia, el Brasil, Burkina Faso, el Camerún, el Chad, el Congo, Costa de
Marfil, , España, Federación de Rusia, Francia, el Gabón, Gambia, Gran-Bretaña,
Guinea, Guadalupe, Haití, Italia, Letonia, Líbano, Malí, Marruecos, Martinica,
México, Níger, Palestina, Portugal, Rumanía, Ruanda, Senegal, Serbia, Suecia,
Suiza, Togo, Túnez, Turquía, Ucrania, Venezuela (Los delegados ausentes, parte
de ellos no han conseguido visado y otros se vieron imposibilitados de acudir
por obligaciones sindicales: es el caso de los delegados de Brasil, Gambia,
Guinea, Haití, Italia, Malí, Marruecos, México, el Chad y Túnez), Yibuti.
El CIEI ha sido una
oportunidad privilegiada para los intercambios entre delegados sobre estas
cuestiones de vital importancia y especialmente:
·
Varios compañeros han planteado
la cuestión del callejón sin salida que representa la política del “diálogo
social” dentro de las organizaciones sindicales;
·
Por todas partes en el mundo,
bajo formas diferentes, el derecho de huelga está amenazado. Esta cuestión está
en el centro de la lucha de resistencia de las organizaciones sindicales;
·
Más allá de las políticas de
las direcciones, la defensa de las organizaciones sindicales es la condición
para realizar la defensa de la clase obrera y de las capas oprimidas;
·
La instalación de las bases
militares, en nombre de la lucha contra el terrorismo y que, en realidad, no
hace sino alimentarla, representa uno amenaza para la soberanía y la integridad
de las naciones y para el conjunto de los derechos sociales y democráticos;
·
Varios delegados también han
puntualizado el carácter trágico de la situación de los migrantes y los
refugiados clandestinos cuyo origen hay que ir a buscarlo en las guerras
imperialistas y las políticas destructoras del imperialismo que aplican los
gobiernos a sueldo, agravando el paro y el desamparo especialmente entre los
jóvenes. De ahí la necesidad para las organizaciones obreras y anti-imperialistas
de luchar contra estas políticas y organizar la defensa de los migrantes y
refugiados de acuerdo con las tradiciones del movimiento obrero;
·
Se ha puesto el énfasis en la
necesidad de poner en pie los instrumentos prácticos para la solidaridad
internacional.
El CIEI ha dado por
buenas las propuestas de los delegados de Camerún y Togo de organizar una
conferencia sub-regional en cada uno de estos países en el transcurso del año.
El CIEI también dio por buenas las propuestas procedentes de la reunión de los
delegados de los 14 países europeos que se ha celebrado el 8 de junio por la
mañana.
El CIEI ha aprobado una
moción que exige la liberación de los prisioneros políticos ucranianos
encarcelados en Rusia.
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