En el cierre de esta
edición ocurría el acto de clausura de la Caravana Sur, Lula Por Brasil, en
Curitiba.
Esta
caravana, en particular, fue un concentrado de la grave situación en el país y
el medio de revertirla.
La
acción de milicias armadas, organizadas por ruralistas, electores de Bolsonaro
y el Movimiento Brasil Libre para intentar impedir el recorrido de la Caravana,
lo que hacían con la complacencia de los órganos de seguridad, llegó al
atentado a tiros contra la vida de Lula. Sólo la "terquedad" del
pueblo trabajador, de la ciudad y del campo, que bajo el sol y la lluvia,
amenazado por piedras, látigos y fuegos artificiales, garantizó la recepción a
la caravana.
Mientras
en Porto Alegre el Tribunal Regional Federal (TRF4), en apenas 10 minutos despachó
contra los embargos de la defensa de Lula, los medios manipulaban para decretar
el fracaso de una caravana exitosa. Un concentrado que demuestra, de
manera cristalina, lo que está en juego en el país y pasa por las elecciones
presidenciales.
En
los discursos en la Caravana, Lula era aplaudido cuando recordaba las
conquistas, como el aumento del Salario Mínimo y el Piso Salarial de los
profesores. "Más aplaudido aún cuando afirmaba que se vuelve, va a
federalizar la enseñanza media, para mejorar la calidad de la educación",
que va a revocar las medidas de los golpistas, para recuperar derechos y la
soberanía, llegando a hablar de convocar a una Constituyente.
Nunca
antes en la historia de este país, una elección presidencial fue tan marcada
por un carácter de clase contra clase y soberanía contra dominación
imperialista. Reflexión aquí de lo que pasa en todo el mundo con la
ofensiva del capital financiero y la resistencia de los pueblos que quieren
sobrevivir.
Los
golpistas que no encuentran un candidato competitivo, ahora cuentan hasta con
los látigos, tractores y balas de los terratenientes, además del poder judicial
y de la prensa burguesa, para impedir no sólo la candidatura de Lula, sino su
derecho a dirigirse al pueblo.
Nunca
antes en la historia de este país la cuestión del poder estuvo tan colocada en
una elección presidencial. No se trata sólo de elegir un presidente. Se
trata -y esto queda cada vez más claro a los ojos del pueblo- de reformar, de
alto a bajo, las instituciones que en la Caravana Sur protegen a fascistas
armados y en Río de Janeiro, bajo intervención militar, atormentan y victimizan
al pueblo trabajador. Instituciones incapacitadas de, 14 días después de
las brutales ejecuciones de Marielle a Anderson, no tener ninguna pista sobre
los criminales. Una incapacidad que es una opción política, basta ver la
larga lista de militantes de los movimientos populares y sindicales asesinados,
cuyos criminales siguen impunes.
En
la gravedad de la situación urge que todos los que se reivindican defensores de
la democracia, de los intereses de los trabajadores y de la nación, estén
dispuestos a dar el paso necesario para barrar la ofensiva que avanza por las
puertas abiertas del Poder Judicial en la nueva etapa abierta con la
intervención militar en Río de enero.
Es
hora de reunir y organizar al pueblo en la única perspectiva concreta en la que
la mayoría busca agarrarse, para revertir la peligrosa situación que amenaza al
país. Es hora de la más amplia unidad de todos que se digan al lado de los
trabajadores, de la democracia y de nuestra soberanía nacional.
Sólo
hay una salida que puede hacer frente a esta ofensiva: es la candidatura de
Lula presidente.
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