Preparativos de intervención militar
en Venezuela
Por: Ángel Guerra Cabrera -maracaibo 19-5-2016
El guion de la intervención
militar de EEUU en Venezuela ha sido escrito en el Comando Sur (CS) de sus
fuerzas armadas y se aplica al detalle por sus aliados de la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD). Sigla que cobija a la contrarrevolución, o sea, el
instrumento imperial para estimular el desabastecimiento creado por las grandes
empresas, y las acciones de calle y violencia armada dosificada que favorezcan
las condiciones idóneas para justificar la intervención militar directa en el
país con las mayores reservas de petróleo en el mundo. Lo dice todo la
afirmación del almirante Kurt W. Tidd, jefe del CS: nuestra intervención
oportuna ha permitido delinear un camino para una salida rápida del régimen.
Algún amigo facilitó a
Caracas los 12 puntos de la fase 2 del plan del CS. El documento sentencia “la
derrota en las elecciones y la descomposición interna del régimen populista y
antiestadunidense, recoge el impacto exitoso de nuestras políticas impulsadas
con fuerzas aliadas en la región en la fase 1 de esta operación”
Entre sus éxitos, el CS destaca:
a) poner en evidencia el carácter autoritario y violador de los derechos
humanos del gobierno de Maduro (el burro hablando de orejas); b) destaca el
“mecanismo de la Orden Ejecutiva” (de Tidd) para justificar el desarrollo de
nuestra política, que tiene justificativo legal en la Constitución y las leyes
de EEUU de América; c) presume del aislamiento internacional de Venezuela; d)
“generación de un clima propicio para la aplicación de la Carta Democrática de
la OEA” (más adelante el documento menciona tal y como lo hemos convenido con
Luis Almagro Lemes el mismísimo secretario general de la OEA), tránsfuga, a
quien el ex presidente José Mujica, al comprobar la puñalada por la espalda que
preparaba contra Caracas su ex canciller, fulminó: lamento el rumbo por el que
enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me
despido; e) “colocar en la agenda la premisa de la crisis humanitaria que
permita una intervención con apoyo de organismos multilaterales, incluyendo la
ONU” (las cursivas son mías).
Cuando uno lee el documento,
confirma que todo lo que dice se está cumpliendo al pie de la letra y, a la
vez, no puede si no recordar intervenciones como la de la CIA que derrocó al
presidente Arbenz en Guatemala (1954), o la de los marines y la 82 división
aerotransportada que impidió el regreso del presidente Juan Bosch a República
Dominicana(1965), previamente derrocado por un golpe de Estado teledirigido
desde Washington –ambas amparadas por la OEA–, o el falaz argumento de las
armas de destrucción masiva para invadir Irak (2003), por mencionar sólo tres
casos. Washington ha desarrollado una panoplia de instrumentos de control de
las conciencias y replanteado el concepto mismo de guerra, apoyándose en las
investigaciones de los académicos a su servicio y en las nuevas tecnologías,
pero hay contenidos fundamentales del libreto desestabilizador e
intervencionista que se remontan al siglo XIX como la campaña mediática
desenfrenada.
Desde febrero de 2014 la
oposición –pese a sus trifulcas internas– viene cumpliendo con este plan que
incluye las guarimbas y la utilización de paramilitares colombianos en todo el
territorio venezolano, quienes se han apoderado del mando de las redes
delictivas y ejercen la violencia con propósitos que sirven al plan del CS.
También está la vertiente de
las protestas de calle conjugadas con violencia. Esta semana, la segunda de dos
marchas al centro de Caracas organizadas por la oposición, según ella para
presionar la convocatoria el referendo revocatorio, terminó con estudiantes y
policías bolivarianos heridos y actos vandálicos. Como explica el plan del CS
el referendo es solo un pretexto y lo confirma que la MUD no ha cumplido con
los requisitos para convocarlo. Como para recordar quién manda el CS hizo penetrar
un avión militar en Venezuela dos veces en días pasados.
Venezuela se acerca como
nunca a un punto de definición después del golpe en Brasil. El presidente
Maduro ha prorrogado el estado de emergencia económica y firmado decretos que
confieren facultades excepcionales a las comunas, los Consejos de Producción y
Distribución y a la fuerza armada nacional bolivariana, ha ordenado un
ejercicio conjunto de estas y las milicias y orientado ocupar las fábricas que
cierre la burguesía. Radicalizar a fondo la revolución es el único camino para
aplastar a la contrarrevolución.
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