La empresa norteamericana de
neumáticos Goodyear dirigida por Maurice Taylor en 2014 decidió deslocalizar su
fábrica de Amiens, dejando en la calle 1.143 familias. Buscaba la rentabilidad
en Corea y países donde es barato exprimir y subyugar a los trabajadores. Ante
la negativa de rescatar la fábrica y tras varios meses sin llegar a acuerdos en
las negociaciones, 8 trabajadores tomaron la drástica decisión de retener a dos
gerentes durante treinta horas.
En 2014, durante un conocido
ataque a ejecutivos del pueblo de Amiens, al norte de Francia, ocho empleados
de la fábrica de neumáticos Goodyear retuvieron a dos gerentes durante 30 horas
en una sala de reuniones. La televisión francesa mostraba al jefe de producción
y al director de recursos humanos de la empresa sentados frente a una mesa y
mirando fijamente hacia delante mientras los trabajadores les gritaban en los
oídos. Durante todo el tiempo que duró el encierro, les permitieron quedarse
con sus móviles y les dieron agua y comida.
Esta práctica en Francia es
bastante habitual y desde 1968 no se habían producido penas de prisión por
ello, ya que la retención de gerentes no es propiamente un secuestro, no se
busca un rescate, sino que es parte de la lucha. Esta vez la condena ha sido de
9 meses de cárcel. ¿Por qué? Evidentemente, es un mensaje del Gobierno y de la
patronal, indicando que con el dinero y con los inversores norteamericanos no
se juega.
Los trabajadores
argumentaron que se vieron arrastrados a la drástica acción de protesta contra
despidos porque las relaciones con la dirección de la empresa no habían hecho
sino empeorar durante los últimos seis años.
Las pesadas condenas –dos
años de prisión y una suspensión de 15 meses– no tienen precedente en Francia.
La tradición francesa de atentar contra los jefes se remonta al menos hasta
mayo de 1968, cuando los ejecutivos eran retenidos como rehenes durante la lucha
por los derechos. En años más recientes ha habido un aluvión de ataques a
directivos, casi siempre sufridos por ejecutivos que llegaban de París con la
intención de hablar sobre despidos y terminaban sin permiso para salir de las
instalaciones. Por lo general, los tribunales franceses han tendido a tratar
los casos con indulgencia.
Europa entera hace rato que
ha dejado de ser esa isla en el mundo donde parecía que había ganado el estado
del bienestar. Al inicio de la crisis del Capital, los ajustes se hicieron
sentir en Portugal, Irlanda, España, Italia y Grecia. Es decir, los países más
pobres del sur de la UE. Pero ahora estos ajustes están llegando a Francia y
Bélgica, incluso a lugares donde podíamos creer que nunca les llegaría la
crisis, Suiza y Suecia. Estos últimos al tener más protecciones sociales están
tardando más en darse cuenta de los ajustes.
Numerosos sindicatos,
organizaciones sociales y políticas están impulsando una campaña de solidaridad
con los trabajadores condenados de GoodYear, pidiendo firmas de apoyo.
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