5 oct. 2015 - Decenas de trabajadores de la aerolínea
francesa Air France penetraron hoy en la sede del grupo y agredieron a miembros de la dirección en el
momento en el que desgranaban su plan de ajuste, que incluye el despido de
2.900 empleados, los primeros de la historia de la compañía.
Mientras que el presidente de Air France,
Frédéric Gagey, abandonaba de forma precipitada el lugar al ver entrar a los
trabajadores, estos rodearon al director de recursos humanos, Xavier Broseta, a
quien desgarraron la camisa.
La dirección condenó esos hechos y anunció
que presentará una denuncia por "violencia agravada".
Los sindicatos de la aerolínea habían
convocado una jornada de paros que ha tenido poca incidencia en el tráfico de
la compañía, y una manifestación en las puertas de la sede social de Air France,
situada en las proximidades del aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de
Gaulle.
En el interior tenía lugar un Comité de
Empresa en el que la dirección explicaba a los representantes sindicales sus
planes de ajuste, que pasan por la reducción de un 10 % de su oferta de vuelos,
lo que se traducirá en la supresión de 2.900 puestos.
Un grupo de trabajadores logró superar las
barreras de seguridad que les impedían la entrada al lugar de la reunión, lo
que provocó la suspensión del Comité y degeneró en incidentes con algunos
miembros de la dirección.
Ante la creciente competencia de las
compañías de bajo coste en sus vuelos de corta y media distancia y de las
aerolíneas del Golfo en los de largo recorrido, Air France puso en marcha un
plan de incremento de la productividad que pretendía consensuar con los
sindicatos.
Pero la semana pasada dio por rotas las
negociaciones y acusó a los representantes de los pilotos de no querer
transigir, por lo que lanzó un plan alternativo que pasa por la reducción de la
actividad y, por vez primera en su historia, por despidos.
Según las cifras adelantadas a los
sindicatos, la empresa pretende prescindir en los dos próximos años de 300
pilotos, 700 azafatas y 1.900 miembros del personal en tierra, de los 64.000
trabajadores que tiene su plantilla.
Cinco conexiones de larga distancia serán
suprimidas y catorce de los aviones de su flota suprimidos, además de la
reestructuración de algunas de sus rutas.
El Gobierno francés, que tiene el 17,6 % de
las acciones de la compañía, respalda los planes de la dirección, pero a través
de diversos ministros ha pedido que se recuperen las negociaciones y que los
pilotos hagan concesiones.
La empresa les reclama más horas de vuelo por
el mismo salario, algo a lo que se niegan alegando que sus condiciones son
peores que los de colegas de otras aerolíneas, como Swiss Air, British Airways
o KLM, socia de Air France.
La compañía francesa considera que la mitad
de sus rutas de larga distancia son deficitarias y que necesita mejorar la
productividad de la plantilla en un 17 % para poder ser competitiva.
La aerolínea tiene previsto presentar unas
cuentas equilibradas en el presente ejercicio, pero lo atribuye a la caída de
los precios de los combustibles y a la actividad inesperadamente alta en el
pasado verano.
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