Por: Luís Salas Rodríguez
“Está bien que la gente no
entienda nuestro sistema bancario y monetario, porque si lo entendiera habría
una revolución antes de mañana“. Henry
Ford
La primera parte de
esta serie la terminamos con la siguiente advertencia: “los ataques contra el
bolívar, las devaluaciones fraudulentas a la que se ha visto expuesto por los
buitres del mercado ilegal, no son la simple acción de especuladores y
contrabandistas de todo tipo buscando obtener ganancias extraordinarias dado el
diferencial cambiario. Muy por el contrario, se trata de una estrategia muy
bien planificada y concebida donde los especuladores, contrabandistas,
raspacupos, corruptos y demás delincuentes económicos, son tan solo la cara
visible e instrumento de acción inmediata.
Detrás de ellos, hay
que saber identificar unos buitres de mayor peso, ligados a sectores
financieros nacionales y transnacionales, que buscan recuperar los espacios de
poder político perdidos en la última década y llevar a cabo una restauración
neoliberal que pasa por derrotar nuestra economía desquiciando a la moneda
tanto como los precios y por esa vía a la población toda. Esos sectores saben
muy bien que arrebatándonos la soberanía monetaria alcanzada en los últimos
tiempos, podrán arrebatarnos la soberanía económica y política alcanzada en el
mismo lapso.”
Los acontecimientos
trascurridos en las dos semanas siguientes hasta el día de ayer no han hecho
sino confirmar nuestra advertencia. Y nos estamos refiriendo concretamente al
ataque especulativo orquestado contra el bolívar y contra la economía en
términos generales, a partir de los rumores de una inminente dolarización del
sector automotriz iniciada –según el rumor- mediante un acuerdo entre la FORD y
el gobierno nacional.
La existencia de
dicho acuerdo fue desmentida por el ministro de planificación Ricardo Menéndez
quien le salió al paso afirmando que en Venezuela la única moneda de
circulación legal para las transacciones económicas es el bolívar, tal y como
está establecido en la Constitución. Sin embargo, evidentemente, eso no calmó
los ánimos. En mi opinión, fundamentalmente por una razón muy sencilla: porque
se trata de una acción de guerra, de terrorismo económico de muy alta
intensidad y no de un simple escándalo como otro de tantos que circulan
diariamente en el país.
Recordemos: una
emblemática agencia del cartel mediático transnacional, “informó” que el
gobierno revolucionario mantiene un acuerdo secreto con -nada menos que- la más
emblemática de las transnacionales automotrices para comerciar sus vehículos en
moneda norteamericana. Inmediatamente se prendieron las alarmas. Todos los
medios oposicionistas y varios nuestros se convirtieron en caja de resonancia
de la “noticia”. ¿El resultado?: se impuso a lo interno y lo externo la matriz
según la cual Venezuela –y no solo el sector automotriz- marcha hacia la
dolarización.
El notorio silencio
del BCV con respecto al tema no ha hecho sino alimentar la especie. Y es que el
que la principal autoridad monetaria del país y cuya primera responsabilidad
es, precisamente, preservar la estabilidad y valor de la moneda no se pronuncie
es complicado, por decirlo de alguna manera. Así como tampoco ayuda que la
intervención del ministro Menéndez no haya sido aún reforzada por otros voceros
del área económica. Los que si no tardan en pronunciarse son los especuladores
mediáticos de todo tipo, que son el complemento y los cómplices de los
especuladores cambiarios y del comercio.
Así las cosas,
además de las esperables declaraciones de expertos de diversa índoles abonando
los pronósticos más catastrofistas sobre el ahora sí colapso y derrumbe del
país, nos vamos enterando que otras marcas estarían dispuestos a hacer lo
mismo, pero también, que no solo son los gerentes de la FORD quienes quieren
dolarizar el ramo sino sus trabajadores -o al menos un grupo de ellos- tal y
como se desprende de las declaraciones de Cristian Pereira, Presidente de
la Federación Unitaria de Trabajadores Automotrices Autopartes y Conexos (y
notable dirigente de Marea Socialista, dicho sea de paso) a favor de la misma,
así como de Gilberto Troya, presidente del sindicato de la FORD. Valga agregar
que según esos mismos trabajadores, independientemente de que el “acuerdo” no
se ha oficializado, ya en la práctica la empresa viene realizando la venta de
vehículos en dólares.
Estas declaraciones
del sindicato de trabajadores de la FORD (hasta la fecha no desmentidas por la
empresa), son más que suficientes para que la Fiscalía y demás instituciones
con competencia en la materia, abran un procedimiento a FORD tanto por estar
incursa en diversos delitos incluyendo violación de la Constitución, como por
propiciar ataques especulativos contra la moneda cuyos efectos expansivos sobre
la economía y sobre el bolsillo de los trabajadores ya se hacen sentir, todo lo
cual también son delitos. Y es que más allá del caso concreto del sector
automotriz y las distorsiones que dentro del mismo dicha medida causaría, lo
cierto es que al día de hoy, dos semanas después de lo ocurrido, el bolívar ha
sido fuertemente devaluado en el mercado ilegal, lo cual gracias a los
especuladores que toman ilegalmente al dólar paralelo como marcador de los
precios internos incluso en los casos de bienes no importados, se termina
trasladando a los precios de los bienes y servicios a la vez que hace más
rentable el bachaqueo y el contrabando.
Para que se tenga
una idea de lo que estamos hablando, debemos considerar que hace dos semanas el
marcador ilegal marcaba unos 288 bolívares por dólar, mientras que el SIMADI se
ubicaba en torno a los 198 bolívares. Al final de esta semana, el primero llegó
a 420 bolívares mientras que el segundo rozó los 200 bolívares. Acto seguido,
el marcador paramilitar-contrabandistas de las casas de cambio en Cúcuta hizo
descender el tipo de cambio de 10 pesos por bolívar a 6. Bachaqueros,
raspacupos y demás parásitos cambiarios pequeños, medianos y grandes, así como
la banca especulativa (valga la redundancia), los especuladores inmobiliarios,
importadores, comerciantes inescrupulosos, todos ellos a esta hora deben andar
brincando en una pata. Mientras que los demás ciudadanos y ciudadanas de la
República, particularmente los asalariados y asalariadas altamente afectados
por la hiperespeculación y el acaparamiento, así como para el gobierno del
presidente Maduro que hace un enorme esfuerzo de protección de los ingresos
familiares y defensa de los derechos socio económicos de las grandes mayorías,
acusamos un golpe que merece ser contestado.
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