Corrientes sindicales quieren pasar pronto la página de María Cristina Iglesias
Clavel A. Rangel Jiménez
Duras críticas antecedieron la salida de María Cristina Iglesias de la cartera del Trabajo. Su paso por el ministerio, casi como la preferida de Hugo Chávez durante dos períodos por 10 años, dejó una marca en Guayana por su ausencia en momentos de alta conflictividad laboral.
El brazo sindical del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en el estado Bolívar la emplazó -no en pocas oportunidades- a discutir los contratos colectivos y dar continuidad al Plan Guayana Socialista, en cuyo origen participó la exministra.
En los sectores del movimiento de la izquierda de la década de los años 70, Iglesias no fue bien reconocida por el sectarismo dentro del ministerio y la política de puertas cerradas a los trabajadores. A su gestión se le atribuye el incentivo a la política de paralelismo sindical que inició en 2002, pero que se profundizó años más tarde con nuevos esquemas de organización.
En 2009 circuló un documento sobre la unificación de la política de relaciones laborales en la que destacaba la eliminación de privilegios a los trabajadores, la erradicación de la cultura capitalista y la migración de los beneficios a uno centralizado y estatizado.
En ese plan, el Ministerio del Trabajo avanzó en la eliminación de “privilegios”, horizontalidad de los beneficios y una política restrictiva de cara al incentivo del paralelismo sindical.
Su destitución y el nombramiento del abogado laboral Jesús Martínez suponen un giro hacia el fortalecimiento de un nuevo esquema de organización de los trabajadores, ampliamente ensayado en Guayana y cuyo último intento fue catalogado por el presidente Nicolás Maduro como un “fracaso”.
El papel de Martínez al frente de la Universidad de los Trabajadores Antonio Jesús Rivero podría oxigenar la propuesta del Plan Guayana Socialista de los consejos de los trabajadores y que, hasta ahora, el Partido Comunista de Venezuela (PCV) no ha podido cristalizar en ley.
Los más cercanos a este grupo, como el presidente del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Sus Similares (Sutiss), José Luis Hernández, ven en Martínez la capacidad para sacar del medio a quienes, en su opinión, retrasaron los contratos.
“Lo que queremos es hacer verdadero contacto con los dirigentes. Erradicar la plataforma de sindicatos paralelos”.
Ahora Ministerio de los Trabajadores
En Guayana, sin embargo, la Central Bolivariana de Trabajadores insiste en la tesis de que el Ministerio del Trabajo ya cumplió su papel y que el paso ahora -incluso con el nuevo nombramiento- es la conformación del Ministerio de los Trabajadores.
El vicepresidente de la organización y dirigente de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores, José Gil, evaluó con expectativa a Martínez, a quien considera un “camarada” por la promoción de los “valores revolucionarios”.
“Para nosotros eso es una buena señal, ahora lo que toca es que se produzca una reunión, para que él conozca de las opiniones que tenemos con los trabajadores, lo que tiene que ver con la visión que tenemos de gestión. Un diálogo y concretar propuestas que permitan resolver temas que todavía siguen pendientes”, dijo.
En un balance, Gil destacó que el movimiento sindical en el período de Iglesias “avanzó mucho”, más que por la gestión, por la política del expresidente Hugo Chávez en la conducción de la revolución.
Empero, señaló, “creemos que el Ministerio del Trabajo ha cumplido una fase importante, un ministerio para los trabajadores y trabajadores ya está delimitado en sus funciones desde el punto de vista de la relación obrero-patronal, la gestión en otros ámbitos”, expuso.
Por esa razón Gil insiste en que en una nueva estructura podrían unificar las misiones dirigidas hacia los trabajadores en un solo organismo en el que el movimiento laboral tenga la voz de mando.
Cese de la impunidad
En el sector de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete) el nombramiento de Martínez despierta interés por haber mantenido diálogo frecuente y cercano con la organización de los trabajadores.
“Tiene una formación ideológica marxista, nos parece interesante su designación si eso acaba con la impunidad, la negación de justicia y el retardo procesal del Ministerio del Trabajo”, comentó la vocera de la Unete, Marcela Máspero, no sin antes destacar que su gestión será buena en la medida que mantenga una conexión con los trabajadores.
Valoró el primer período de María Cristina Iglesias como positivo “fue muy buena”, no así en estos últimos años al frente del proyecto del presidente Chávez para los trabajadores.
“Era necesario refrescar ese ministerio, esperaremos a ver si Barrientos viene con disposición, no queremos cuestionarlo como militar”, agregó.
Máspero considera que es necesario que haya una sanción, la cárcel de ser necesario, para los responsables de la quiebra de las empresas.
La Unete enviará una comunicación al nuevo ministro con los planteamientos de las organizaciones sindicales y espera que se produzca una reunión antes de que la misión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) llegue al país.
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