Por: Julia Cardozo Maracaibo 14-2-2019
Luego de más de 20 días de su autoproclamación a Guaidó se le
enfrió la calle. Así lo reportan desde hace una semana analistas,
periodistas y él mismo, según aseguró al portal Maduradas en una nota
del viernes 8 de febrero.
Según el
referido portal el diputado habría mandado un mensaje de esperanza “a quienes
les angustia que se ‘enfríe’ la calle” invitando a participar en la próxima
manifestación opositora del 12 de febrero pasado.
El mensaje
del autonombrado presidente tuvo su origen en la pérdida de convocatoria que
caracterizó a las dos últimas manifestaciones convocadas en contra de Nicolas
Maduro. Pero la situación parece empeorar para los golpistas. La convocatoria a
marchar el día de la juventud fue aún más pobre que la anterior.
A diferencia
de la del 23 de enero e incluso de las dos siguientes, en esta oportunidad la
marcha estuvo conformada casi exclusivamente por los militantes más radicales
de Voluntad Popular y algunos otros partidos opositores.
Una vez más
el oposicionismo parece contar solo con el apoyo de la parte más sifrina de la
sociedad venezolana dejando de lado a las clases populares e incluso a los
sectores mayoritarios de las clases medias.
Según los
expertos la brusca caída de la participación en los actos políticos opositores
se debe al menos a cuatro factores:
1) La incapacidad del dirigente para ejercer funciones de
gobierno sería el principal factor que juega en su contra. La idea es que con
el pasar del tiempo, sin que ejerza un gobierno efectivo, su credibilidad
desaparece y la población se decepciona.
Hasta ahora
la única acción de gobierno del autonombrado mandatario ha sido anunciar la
llegada de una “ayuda humanitaria” que no se ha concretado y que, según las
propias declaraciones de los voceros golpistas, es exigua.
No obstante,
durante su última convocatoria el diputado de la AN en desacato lanzó un
ultimátum: “El día 23 de febrero tendremos que ir en caravana y en protesta a
recibir la ayuda humanitaria como sea”.
¿Qué implica
este “como sea”? se preguntan analistas. ¿Es factible una movilización general
que vaya a la frontera a buscar dicha “ayuda”? ¿Quiénes la conformarían? Las
posibles respuestas a estas preguntas parecen indicar que el llamado de Guaidó
se debe más a la desesperación que a una jugada factible.
2) La radicalización del discurso del aspirante a presidente y
del Gobierno de los EE. UU. con llamados a la intervención armada, a la guerra
civil y al bloqueo económico ha apartado al grueso de la población que
desaprueba a Maduro pero está en desacuerdo con la violencia.
Según reportó
la consultora Hinterlaces, el 86% de la población desaprueba una intervención
extranjera, dato que, además, da una idea del porcentaje de seguidores
radicales de la oposición, tomando en cuenta que siempre hay un número de
encuestados que o no sabe o no contesta.
3) Algunos
analistas sugieren que el enfriamiento de la calle se debe también a las
divisiones a lo interno de la oposición. Tal cosa sucedería porque Voluntad
Popular, más que liderar la jugada la está imponiendo con un criterio
excluyente.
4) Por otra
parte se discute el efecto que la situación económica tiene en la mella de la
convocatorio de Guaidó. Muchos alegan que la influencia es significativa y la
gente dejaría de participar porque tiene que afrontar el día a día.
Sin embargo,
esta explicación tiene una consecuencia que la deja sin efecto. Si la situación
económica empeora y la gente no protesta en el esquema que propone el diputado,
esto sería porque este último no es capaz de representar las verdaderas
demandas populares.
Un fenómeno
similar sucedió en 2018. Varias organizaciones y periodistas informaron que en
ese periodo el número de manifestaciones y protestas por el costo de la vida,
los bajos salarios y el deterioro institucional había aumentado
significativamente.
Sin embargo, los manifestantes rechazaban explícitamente su
adscripción a los partidos de oposición y a sus dirigentes.
Algunos
especialistas han añadido al debate que la polarización a inhibido las
protestas reivindicativas, mientras que otros hablan de un ocultamiento que
también sería producto de la confrontación política hegemónica.
Mientras esto
sucede Maduro ha logrado recuperar parte del apoyo que venía perdiendo. Esto se
debe a la amenaza de una intervención militar extranjera y la correlativa de
una revancha sangrienta en caso de que la ultraderecha tomase el poder.
Por último,
algunos analistas sostienen que el reto para el Gobierno nacional es la
economía, ya que, de agravarse la crisis, la situación podría tornarse
insostenible para las mayorías.
Como sea que
se explique el hecho patente parece ser que Guaidó no convence ya a la gente
del pueblo y está por dejar de entusiasmar a los sifrinos.
Comentarios
Publicar un comentario